Un día para recordar la gallardía de las mujeres
Marzo 8 de 2017
Por: Luisa Rodríguez.
Las mujeres,
a lo largo de la historia, hemos venido dando luchas por la búsqueda de la
igualdad y el reconocimiento de nuestros derechos, desde Olympe de Gouge, con
su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía, pasando por
Flora Tristán y el movimiento sufragista, el cual marca un hito en la historia
de la mujer en la búsqueda por las mejoras en las condiciones laborales, la
igualdad, la emancipación y el derecho al voto.
Las mujeres
socialistas proclaman el 8 de marzo, en 1910, como Día Internacional de la Mujer
Trabajadora, el cual se celebraría un año después, el 19 de marzo. Posterior a
dicha celebración ocurre el suceso que muchos conocemos, la muerte de 140
trabajadoras que luchaban por mejorar las condiciones laborales. Cuentan que
desde las ventanas más altas comenzaron a lanzar telas como gritos de auxilio.
Estos materiales eran de color violeta, por ello el feminismo y la lucha de las
mujeres se identifica con este tono.
Este día, más
que ser de regalos y sorpresas, debe ser para recordar la gallardía de las
mujeres que nos precedieron, el valor con el que defendían sus ideales, los
cuales se materializaron y hoy nosotras disfrutamos, ideales que algunas hemos
recibido para no dejar morir, para continuar avanzando, porque aún queda mucho
camino por recorrer, este día debe ir más allá de celebrar el hecho de haber
nacido mujeres, desde una visión sociopolítica debemos tener presente que somos
la mitad de la población y aun así somos contadas como minorías, que cada día
cuatro mujeres son asesinadas, que nuestras grandes defensoras están siendo
exterminadas, seguimos siendo sexualmente visibles, pero políticamente
invisibles, como mujeres que hemos recibido las banderas de estas grandes
guerreras debemos continuar con el trabajo pendiente, estamos desafiando las
imposiciones sociales, la religión, la cultura y ese papel sumiso que tenemos
que asumir, debemos empoderar más mujeres, hoy somos cien mañana seremos
miles.
Abrazo a la
mujer que tuvo que abortar, porque no tenía el apoyo de nadie y ahora es
aborrecida por esta sociedad, a la trabajadora sexual que sale todas las noches
a vender su cuerpo, a las combatientes que han sido heridas, abrazo a la
lesbiana que en la calle le gritan marimacho, a las prisioneras políticas, a
las amas de casa que trabajan todos los días sin remuneración alguna, a la
transexual que también es mujer, a todas esas mujeres de las cuales nadie se
acuerda.
Les deseo un
feliz día, pero también deseo que aprendan a despegarse del miedo, de las relaciones
toxicas, que aprendan a abrir sus alas y a volar, despeguen sus pies del piso y
se atrevan a volar detrás de cada uno de sus sueños, por más locos que
parezcan, por más descabellados, deseo que rompan el molde impuesto por una
sociedad patriarcal que nos trata de princesas rosa y nos convirtamos en
guerreras. Deseo que hoy no sea una fecha más que termine a la media noche y
mañana regresen a la vida que no quieren vivir, a la relación en la que no quieren
estar, preguntándose cómo será la vida detrás de la frontera del miedo y de la
necesidad de aceptación.
Eres mujer,
eres vida, eres universo, cuando en verdad te ames, cuando en verdad te decidas,
nada ni nadie te podrá detener. Feliz día, feliz primer día del resto de la
vida que quieres, que necesitas, que mereces vivir.
Quiero
finalizar elevando una petición al universo para que nuestra sociedad dé un
gran giro, para que dejen de asesinarnos, para que pidan talento y no género,
para que nuestros derechos sean respetados, para que no haya una más
violentada, para que desde el seno de nuestros hogares y nuestras comunidades
seamos constructoras de paz y protectoras de la vida.
No quiero un
minuto de silencio por estas mujeres que han partido. No quiero un minuto de
silencio por las guerreras que nos precedieron, quiero un gran grito de
libertad que honre a aquellas que han entregado su vida por esta causa y que
motive a todas aquellas que llegan a tomar nuestra mano.
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