Así se decoló el
Festival del Aire de Villavicencio
Es de aplaudir la iniciativa de rescatar el Festival del
Aire, que no se realizaba desde el 2000, pero sacrificar las recreovías de
Villavicencio, con el argumento de que el Imder no tenía el suficiente personal
de apoyo para ambas actividades, fue como decolar en tormenta y volar en
turbulencia.
Desde muy temprano, el domingo, muchos padres junto con
sus hijos se veían desorientados montando en cicla y hasta en triciclo por la
Avenida Circunvalar, algunos esquivando vehículos. Nunca imaginaron que las
recreovías, de las avenidas Circunvalar y Catama, no iban a funcionar ese día.
El escenario escogido para llevar a cabo el Festival
del Aire no fue el más adecuado. Los mismos pilotos de drones temían volar allí
sus máquinas, inclusive los más grandes
ni alzaron el vuelo. Muchos no decolan de manera vertical sino en diagonal y el
riesgo de hacerlo junto a una multitud
de gente y pequeños elevando cometas es peligroso. Eso, sumado a la cercanía de
los edificios de Torres de San Juan, que
colindan con el parque.
Minutos antes del despeje, calentando motores. |
El evento, patrocinado por la Alcaldía de Villavicencio, sí fue una vitrina para el Club de
Aeromodelismo de Villavicencio, el único en la ciudad, según explicó Jorge
Cortez, quien maniobró un avión modelo Extra 330. “Somos 15 integrantes del
club”, agregó. Sin embargo, la exhibición
de vuelos de aeromodelos se retrasó por un corte de energía, algunos señalaban
que cuando hay un evento de este tipo, con uso de energía, siempre ocurre lo
mismo. Al final, llegaron los funcionarios de la Emsa a solucionar el
inconveniente.
Los villavicenses, sobre todo los más pequeños, se
veían fascinados con los modelos de aviones a baja escala. En un espacio de
unos cinco metros cuadrados, acordonado con cinta, había cerca de 20 modelos. El
alcance del control transmisor es de hasta 15 kilómetros, explicó Cortez. “Claro que no usamos todo el alcance porque se
pierde a la vista del ojo y sería difícil traerlo de vuelta”, agregó.
Muchos se
tomaban fotos junto a los modelos de aviones y los pequeños, enamorados de esos juguetes,
trataban de alcanzarlos. Pero a la hora de ver el decolaje, era casi imposible.
Solo los observaban en vuelo. Acercarse a la calle que fue habilitada como
pista de despeje, era casi imposible. Las sillas dispuestas eran para el
alcalde, funcionarios y amigos. Hizo falta tarimas para que los asistentes
tuvieran la comodidad de apreciar el show y un locutor que explicara en tiempo
real lo que ocurría.
De manera masiva asistieron a las clases de zumba y rumba fitness. |
El parque Guayuriba estaba a reventar. Familias enteras
y personas de todas la edades disfrutaban de las jornadas de zumba y rumba
fitness que lideró el Imder. La cancha
se llenó. Algunas cometas caían en medio de la multitud. El sol ardía y las
ventas de agua se dispararon, pero al botar las bolsas, las canecas de la
basura brillaban por su ausencia. Eran muy pocas.
La Fuerza Aérea deleitó a los espectadores con una
revista aérea y el simulacro de un rescate.
Solo se realizó la simulación de despejar del área a una sola persona. “Por
la capacidad del helicóptero no podemos más”, dijo uno de los jóvenes militares
que participó en la actividad.
Simulacro de rescate realizado por la Fuerza Aérea Colombiana. |
A muchas personas de la logística les faltó más actitud
para apoyar el trabajo y contralar a los asistentes para cruzaran a las zonas
prohibidas. Se destacó la labor que realizaron los periodistas Dámaso Barrera,
organizador, por toda la carga de responsabilidad que tenía a su espalda, y la
de Giovanny Ángel, vinculado a Turismo Meta. Sin embargo, se notó que el evento
fue planeado con muy poco tiempo de antelación. De ahí las fallas cometidas.
Si el objetivo es institucionalizar el Festival del
Aire, entonces necesitan encontrar un mejor lugar, con un espacio adecuado para las
maniobras acrobáticas y para la comodidad de los asistentes. Que haya el tiempo
suficiente para organizar un evento de esta magnitud, si se vende como algo ‘macro’,
como lo hicieron en los medios de comunicación, así mismo debe ser el
resultado. Y muy bueno sería que el próximo año se realizará en el puente
festivo, como la primera vez en la que el organizador fue Hernán
Barrera, padre de quien tuvo la batuta este año para tratar de despegar el
festival.
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