Recuerdos de Lomalinda
Noviembre 29 de 2019
Maestro de la extinta ciudadela extranjera de Lomalinda
pinta otro panorama de la misión lingüista que habitó allí.
Una de las clases al aire libre en Lomalinda, frente a la laguna. Fotografías del archivo de Brian T. Carrol. |
El ciudadano estadounidense Brian T. Carrol fue uno los
maestros de la comunidad de Lomalinda, una ciudadela construida por el
Instituto Lingüístico de Verano en Puerto Lleras (Meta) y cuyos misioneros se
vieron obligados a abandonarla por amenazas de la guerrilla. Ahora, desde su
casa en Estados Unidos, este maestro, que además es precandidato a la
presidencia de su país por el Partido de Solidaridad de los Estados Unidos,
recuerda algunos instantes de su paso por la llamada ciudad perdida y cataloga
como “siniestras” y “salvajes” las conjeturas que se armaron en torno a la
misión de los lingüistas:
“Entiendo que hoy, lo que queda de la comunidad de
Lomalinda, en Puerto Lleras (Meta), es una red de senderos naturales abierta a
los turistas, una playa para nadar y oportunidades para navegar en la laguna,
unas pocas viviendas y los fantasmas de algunos edificios de concreto. La vi
por última vez en 1995. Había sido un misterio antes de que yo llegara, y
ahora, para una generación que creció después de que sus habitantes salieran,
se ha convertido en un misterio nuevamente. Al igual que la famosa ciudad
perdida de las montañas de Santa Marta, Lomalinda es la ciudad perdida del
Meta.
La comunidad de Lomalinda competía también en actividades deportivas con el Ejército. |
“En la década de 1970, muchos colombianos intentaron
adivinar por qué algunos extranjeros instalaron una ciudadela a la cual solo se
accedía a través de caminos destapados y donde no llegaba la energía eléctrica.
Se hizo popular para hacer conjeturas, muchas de ellas salvajes y a menudo
siniestras. En la imaginación de la gente, Lomalinda solo podría ser un puesto
de avanzada de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, de explotaciones
mineras, o una congregación de protestantes que esperaban sabotear la Iglesia
Católica.
“Debido a que se sabía que el Instituto Lingüístico de
Verano, al cual pertenecían los extranjeros, tenía un contrato con el gobierno
colombiano para ocupar el territorio, los grupos que se oponían alentaban estos
informes falsos. Uno de ellos era la guerrilla del M-19. En 1981, secuestraron
al lingüista Chet Bitterman, lo mantuvieron como rehén durante 48 días y luego
lo ejecutaron.
Las viviendas, como la que se aprecia al fondo, fueron abandonas, y con el pasar del tiempo se convirtieron en ruinas. |
“Posteriormente, la comunidad de Lomalinda decidió que la
mejor defensa contra las historias falsas era abrir el centro lingüístico a
cualquiera que quisiera verlo. No había nada que ocultar. Esta fue la comunidad
que encontré cuando me uní a ella en 1984.
No podría haber imaginado un grupo de personas tan cálido
y diverso, la mayoría de ellas con un alto nivel de educación. Inmediatamente,
fui recibido en un círculo de amigos que incluía personas de Estados Unidos,
Canadá, Inglaterra, Países Bajos, Alemania, Marruecos y Australia. Había
bogotanos ricos y educados, pero también campesinos llaneros, y hablantes de
unas quince o veinte lenguas indígenas colombianas. Teníamos miembros de muchas
denominaciones cristianas, pero todos juntos alabámanos al Senor Jesucristo en
el auditorio de Lomalinda. Era una comunidad donde nadábamos en el lago,
jugábamos deportes en las tardes y teníamos conciertos, dramas y noches de
juegos. Practicábamos baloncesto, fútbol y voleibol contra equipos del
municipio de Puerto Lleras y del ejército colombiano.
“Lo que nos unió fue la creencia de que todos los seres
humanos merecen el derecho de leer la Biblia por sí mismos, en su propio
idioma. Cada uno de nosotros recibió el apoyo de amigos y familiares en
nuestros países de origen. Mis padres, que estaban profundamente dedicados a la
enseñanza de la alfabetización de adultos en los Estados Unidos, estaban
orgullosos del trabajo de alfabetización del Instituto Lingüístico de Verano.
“Mi esposa y yo enseñábamos en la escuela de los niños
que vivían en la ciudadela. Este fue punto más alto de mi larga carrera como
maestro. Cada uno de mis estudiantes hablaba dos o tres idiomas. Habían viajado
mucho. Algunos habían vivido con pueblos indígenas, pero también habían visto
las grandes ciudades del mundo. Tres décadas después, estoy orgulloso de lo que
estos estudiantes han hecho con sus vidas.
Se hicieron algunos incendios controlados para adecuar las viviendas. También había cancha de baloncesto. |
“Terminábamos muy rápido los cursos de historia de los
Estados Unidos y del mundo, y por eso teníamos el último mes de cada año para
dedicarlo a la enseñanza de la historia de Colombia y América Latina. En mis
clases de ciencias naturales los estudiantes caminaban unos cien metros y ya
podían ver plantas y animales notables. Una de mis aficiones es el estudio de
arañas, y recolectábamos especies nuevas para la ciencia, como la Trechalea
lomalinda, vista allí por primera vez.
Una de las viviendas que existieron en Lomalinda. |
“El mundo ha cambiado desde los años sesenta. Los grupos
de personas que se mantenían aisladas ya no se pueden separar, para algunos de
ellos no hubo control sobre cómo los llevó el siglo XXI a un mundo fuera de su
experiencia. Para otros, el trabajo en Lomalinda les dejó el lenguaje escrito y
la alfabetización que ahora les permite enfrentarse al mundo por sus propios
medios. Para mí, Lomalinda no es un pueblo fantasma en el Meta. Está viva en
mis recuerdos y también a través de amigos con quienes mantenemos contacto en
redes sociales. Son los amigos que vinieron de otros países y de Colombia:
bogotanos, llaneros e indígenas de esas comunidades que no tenían lenguaje
escrito en la época antes de Lomalinda".
Lea también (clic): La ciudad perdida de Lomalinda.
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Me da una tristeza leer esto. A mi me llevaron a Lomalinda un verano creo que del 95, mi tía era parte de los maestros que enseñaban a la comunidad. Yo tenia alrededor de 5 años en el momento y tengo muchos buenos recuerdos del tiempo que estuve allí, en especial compartiendo con los niños y niñas de mi edad.
ResponderEliminarYo estuve en loma linda en los años 89.90.91, y en el 2022 pase a visitarla
EliminarSi muy bonitos recuerdos, pero lomalinda sigue viva, un grupo de personas vivimos acá y estamos cuidando tan hermoso ecosistema.
ResponderEliminarLoma linda un paraíso
ResponderEliminarExcelente artículo
ResponderEliminarLa ignorancia acabó por determinado tiempo a lomalinda
ResponderEliminarLoconoci x medio dela familia fierro jorge todavia viven enese sitio que belleza de tierra saludos un abrazo tiene un lindo lago x fa q vista tan linda
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