Una guerrera amante del arte y la moda
Marzo 29 de 2017
Constanza Bernal levantó a pulso una escuela de diseño
desde donde trabaja por la generación de la cultura de la moda en
Villavicencio.
Por momentos sus manos y su voz tiemblan al hablar. Y
aunque está allí, detrás del escritorio, parece una mujer tímida. Frente a ella
cuelga un óleo, una obra en la que aflora sus sentimientos más interiores. Es
la evolución de su arte, ya no es paisajismo ni bodegones, se siente el dolor y
la lucha interior. Y tiene su sello, su firma: Atenea. Y es que Olga Constanza
Bernal Rey, nacida en Villavicencio, es como esa diosa de la mitología griega,
guerrera y amante del arte.
En etapas de depresión y momentos de tristeza pinta sus
mejores obras, pero desde hace mucho tiempo está feliz. Por eso, quizá, la
pintura es apenas un hobby. Su sueño, su verdadera pasión, es el diseño de
modas. A pulso ha levantado la que es considerada la mejor escuela de diseño de
modas de Villavicencio, en donde hoy se encuentra, en el barrio La Esperanza. Y
lleva su nombre.
Durante su adolescencia, y aunque pinta de manera
autodidacta desde los siete años, nunca imaginó ser diseñadora. Recuerda que en
las aulas de clase del Colegio Inem se especializó en el área de ciencias. Iba
a convertirse en la médica de la familia, pero cuando llegó al último año
académico dio reversa a su decisión: “Me gusta el diseño de interiores o el
diseño de modas, les dijo a sus padres, ya no quiero sangre, ni clínica, me da
pánico”.
Su vida ha sido de cambios. De un tiempo para acá, el
negro y el blanco ya no son sus colores favoritos, ahora viste de pastel, de
colores. Y así como desechó la medicina, el tono oscuro de su cabello quedó en
el pasado. Duró siete años con el pelo negro. Explica, también, que uno de sus
referentes en moda es Carolina Herrera, por su elegancia. Tal vez por eso
diseña su propia ropa y estrena casi todos los días. Perdió la cuenta del
número de vestidos que tiene, pero recuerda que en su armario reposan unos 60
pares de zapatos y que nunca vestiría de pantalón. Luego retoma el hilo de su
historia.
Sus estudios universitarios los inició en Bogotá. Escogió
decoración de interiores, pero el exceso en las clases de arquitectura la aburrió
y, aunque becada, decidió regresar a Villavicencio para matricularse en la hoy
extinta Escuela de Diseño de Modas de Villavicencio, “muy buena”, recuerda.
Allí también fue docente de ilustración, su especialidad, clase que hoy dicta
en la Escuela de Arte & Diseño Constanza Bernal, donde 40 estudiantes
siguen un proceso formativo.
“Luego empiezan a aparecer otras escuelas, a las que me
vinculo como administradora y directora. Me di cuenta de que les faltaba mucho
de lo que yo quería que un diseñador tuviera y que aprendiera”. Ahí inicia el
camino espinoso hacia su sueño. Primero en el barrio Madrigal, y luego en el
Villa María. Para tener su propio instituto de modas, Cony, como la llaman sus
amigos, tuvo que empeñar su vehículo en dos oportunidades. Fue engañada por sus
propios socios y criticada por el nombre del lugar, sin embargo, llegó a ser
nominada a empresaria del año por la Cámara de Comercio y hoy busca convenios
en Europa para que sus estudiantes se especialicen. “Aquí ven un instituto como
una escuela de garaje, no creían en la calidad, fue doloroso, porque le daban
un carácter de colegio, entonces decidí, hace dos años, que se llamara escuela
y no instituto”. Desde entonces, prefiere trabajar con su familia. “Es la mejor
sociedad posible”, les repite a sus estudiantes.
Su esposo es su mano derecha y su hijo Dylan dirige la
escuela. Junto con ellos creó el ‘Villavo es Fashion’, una pasarela en la que
cada semestre los estudiantes muestran sus mejores creaciones. Además, sus
otras dos hijas, profesional en negocios internacionales y modelo, están
vinculadas de alguna manera al mundo de la moda, una es una chica “muy fashion”
y la otra, modelo profesional.
“Ha sido duro, pero soy inmensamente feliz, ya estoy
viendo frutos, la gente se está dando cuenta de que vale la pena soñar, creer,
muchas mujeres me siguen en Facebook, en Instagram, y me dicen, eres la persona
que me motiva para hacer algo. Más que coser, es ser un ejemplo para otras
mujeres, vale la pena luchar, ser feliz por lo que se quiere”, continúa la
conversación y deja a un lado la timidez. Sus manos están firmes.
¿Por
qué seguir luego de tantas dificultades?
Porque ese era mi sueño, más que coser. Para mí, el que
me llegue una persona, un estudiante, que diga, quiero estudiar diseño de modas
y que sus ojos le brillen, para mí eso es lo que más feliz me hace, decirle lo
puede lograr, puede crear empresa. Yo siempre he dicho que soy una hacedora de
sueños (...) La mujer vive tan oprimida, relegada a veces, pero yo digo se
puede luchar por los sueños, muchas veces aceptan algo porque les toca, porque
les mandaron.
¿Qué
tanto interés hay en Villavicencio por la moda?
Antes era difícil, porque puede que un joven llegara con
ganas de estudiar, pero sus papás, que le proveen todo, no. Entonces, o
estudiaba en Bogotá o en Medellín, porque aquí era imposible. Yo les decía a
mis estudiantes que como no hay cultura de moda es difícil, pero es más difícil
irse a Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Cali, porque es un mundo de diseño
donde hay monstruos de diseño, aquí no hay, aquí hay todo que hacer, pero en
unos años va a ser un paso fácil.
¿Cómo
hacer para que la gente de aquí crea más en la moda?
Mi hijo, que ahora dirige la escuela, creó el Villavo es
Fashion, y creemos que eso está dando, hemos visto los resultados. Hemos notado
que la gente ya está creyendo en que aquí se pueden hacer cosas grandes. Yo soy
la asesora de colección, y no permito que nada de lo que está de moda se vea en
pasarela. Los centros comerciales hacen desfiles, pero pasan desapercibidos,
porque muestran lo que ven todos los días en vitrinas.
Entonces
ustedes están alejados de las tendencias mundiales…
Aquí las vemos, porque las estudiantes tienen que ver
para no copiar, pero aquí somos creadores de tendencias. Ellas están ayudándome a que la gente
entienda que la moda vale la pena. La gente dejará de comer, menos de vestirse,
todos somos consumidores de moda, qué pasa con las tendencias europeas, sí son
nuestro referente, los colores, y hay que seguirlos, pero cuando vamos a sacar
una colección rompemos todo eso.
En los
desfiles que hace, también se ha visto mucho fashion, ¿no cree que queda fuera
de contexto en una ciudad como Villavicencio?
El semestre pasado les dije que quería fashion, hombres
de falda, con capas, porque quería sacudir a la gente, porque quería decirle a
la gente, venga póngannos cuidado, entonces mire, que aquí está pasando algo,
cuando logro la mirada les muestro que no es solo locura, hay propuestas
nuevas, yo quería que la gente pusiera los ojos en nosotros.
Hace
un momento dijo que era una mujer que muy poca ropa repite, ¿es una compradora
compulsiva?
Era compradora compulsiva cuando no cosía, ahora soy
compradora compulsiva de zapatos, regalo muchos, tengo unos 60 pares, estreno
casi todos los días, tengo muchísimos trajes, compro las telas, los hago, hago
mi ropa en una hora, si me dices nos vemos a las tres, a las dos estoy cosiendo
la ropa.
¿Por
qué tan obsesiva?
Por la imagen que manejo, soy afiebrada al Facebook y me
gusta subir muchas fotos. No me puedo permitir repetir la ropa y si tengo la
posibilidad de hacerla, pues la hago. Casi siempre uso algo diferente a lo que
usa la demás gente, entonces también creo tendencia, soy una generadora de
estilo, me considero así.
¿Por
qué la moda masculina no es tan fuerte en Villavicencio?
Los hombres son demasiados tradicionalistas, deportivos o
formales, de pantalón corto, largo o bermuda, entonces es muy limitado, pero si
uno se va para Bogotá, ya ahora hay una cantidad de nuevas estéticas
masculinas, pero es difícil acá. Los hombres no tienen que ser gais para querer
vestir diferente, lo que pasa es que estamos con unos estigmas, una mentalidad
atrasada, muchos hombres visten súper actuales y son súper varoniles.
¿Hay
alguna característica marcada en los nuevos estudiantes?
Lo que sí hay es el miedo al rechazo. El año pasado, una
niña quiso hacer faldas para hombre y quedó fascinada, pero luego me llegó con
unos pantalones, qué pasó, le dije, respondió que en su casa no le iban a
permitir. Eso sí es una constante, eso sí es más difícil de romper, yo puedo
lograr que mezclen colores, telas, pero que ellas pierdan ese miedo al qué
dirán es lo difícil.
¿Ha
asesora a políticos o a personalidades de la alta sociedad?
Vinieron alguna vez unos políticos de manera individual a
que la escuela los apoyara, entonces he sido muy esquiva en eso, como sabes, me
tocó duro, he preferido estar sola con mi familia, yo le digo a mis
estudiantes, la única sociedad que uno puede hacer es con su esposo y con sus
hijos. Si haces una sociedad, y tú eres visionario, de pronto el otro es
ambicioso, cuando vienen políticos prefiero decir no, a que me vengan a
manosear.
Andrés Molano Téllez
Director Agenda Hoy
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