Comunidad de talla
baja se organiza para luchar contra la discriminación
Noviembre 20 de 2017
Aunque no se tiene un censo de la cantidad de personas de
talla baja que residen en Villavicencio, se estima que hasta el momento son
aproximadamente 30 las que se ven afectadas a causa del rechazo por su aspecto
físico y por no tener trabajo en empresas públicas ni privadas.
Los mal llamados ‘enanos o enanitos’ sufren exclusión
social en los sectores laboral, escolar
y cultural, padecen problemas a la hora de vestir, soportan todo tipo de burlas
y, por ser ignorados a causa de su condición de baja estatura, se ven obligados
a trabajar en discotecas y bares en la zona rosa de Villavicencio.
El desespero, el hambre y la necesidad de un techo donde
vivir hace que las personas de talla
baja acepten trabajar como animadores de rumbas y fiestas, trabajo que es mal
pago para ellos.
Así lo asegura Johan Steven Ramírez, de 27 años, quien
duró ocho años trabajando en una reconocida discoteca de Villavicencio. Allí tenía
que disfrazarse y tomarse fotos con los clientes durante toda la noche.
“Yo era animador y recreaba a la gente, nos tomábamos
fotos. Duré ocho años trabajando y era chévere, pero no faltaba el borracho
pasado o la mujer que lo mirara a uno con asco, y más que todo la burla que lo
hace sentir a uno muy mal (…) A mí me pagaban 60.000 pesos, hoy en día están
pagando 30.000”, dijo Johan Ramírez.
Ofensas, gritos, risas y palabras como ‘enano’ son las
que escuchan a diario en la calle, palabras que los denigra y los ofende por
las connotaciones despreciables.
A causa de esto, decidieron organizarse y crear un grupo que,
hasta el momento, está conformado por doce personas, desde donde trabajan en proyectos para educar
y culturizar a las personas. Todo esto, con el objetivo de trabajar en contra
de la discriminación y las burlas, y para no ser señalados y tratados como “payasos
o animadores de fiestas”.
“Estamos civilizando a las personas con el conocimiento de
que nosotros podemos hacer las tareas de una persona normal, lo único que
estamos impedidos es en el aspecto físico, pero nosotros tenemos las mismas capacidades
que los demás”, dijo Sandra Acosta, representante de la comunidad de talla
baja.
Este grupo, que toca puertas con el fin de que les den la
oportunidad de un trabajo en empresas privadas y de que no se estigmatice más
el concepto de personas de talla baja, realizaron la primera mesa de trabajo en
la Alcaldía de Villavicencio por medio de las secretarias de Educación, Vivienda,
Competitividad y Salud, con el fin de que se comprometan a incluirlos y apoyarlos
para cumplir las metas y que se respeten sus derechos.
Paula Cuy
Agenda Hoy
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