Desde
hace 14 años los hermanos Cantoñi han impuesto su sello como barberos
Diciembre 21 de 2017
Dos hermanos, nacidos en Villavicencio, pero con sangre
vallecaucana, se dedican desde hace 14 años a hacer cortes y arreglar barbas,
en su barbería ‘El Sabor de los Niches’, ubicada en la avenida principal del
barrio El Popular de Villavicencio.
Larry Cantoñi, el hermano mayor, aprendió a hacer
cortes hace 23 años luego de un trueque con unos amigos que, a cambio de
enseñarles a escribir, le enseñaron a peluquear.
Las figuras hechas en los cortes de cabello llamaron la
atención de Larry, luego de verlas en un comercial denominado 'Marimba a la
lata'. Allí aparecía un joven cantando con una figura en su corte de cabello. A
partir de allí, Larry empezó a practicarlas en sus clientes y a mejorar sus
técnicas.
Sus primeros clientes fueron atendidos en su casa,
ubicada en el barrio Villa Ortiz, y desde ese momento empezó a ser reconocido
como barbero. Por cuestiones personales, tuvo que regresar al Valle del Cauca,
no sin antes enseñarle el oficio a su hermano Juan Carlos Cantoñi, para que
fuera él quien hiciera los cortes.
“En el Valle me dediqué a poner música en bares, discotecas y verbenas. También, peluqueaba
en el sector La Luna, donde están muchas peluquerías y permanecen jugadores de fútbol.
Fue allí donde aprendí mucho más”, asegura Larry.
A su vez, su hermano Juan Carlos trabajaba en una
peluquería, ubicada donde funciona actualmente la barbería ‘El Sabor de los
Niches’, en Villavicencio, junto con el propietario de ese momento.
“El dueño anterior del negocio era muy desordenado.
Aquí, a diario, entra dinero, y si no se sabe manejar, algo termina mal, y eso
pasó con él, quien gastaba muy seguido dinero en trago, lo que ocasionó que la dueña del local le dijera
a Juan Carlos que si él no se iba tendrían que desocupar. En ese momento, mi
hermano me contacta y nosotros le proponemos al anterior dueño que no venda, y
así pasó”, recuerda Larry.
Cuando empezaron, en el 2003, solo contaban con una
silla, un espejo y una máquina, mientras la decoración del espacio se basó en grupos
de rap, hip hop y salsa, pero se dieron cuenta de que muchas barberías copiaron
su estilo y decidieron cambiar.
“Pensamos en algo que nos uniera a los dos, además del
gusto por la música, en especial por la salsa, y pensamos en el deporte, pero, mi
hermano es hincha de Nacional y yo, de América, entonces no podíamos pintar el
local de dos colores, así que decidimos que el Barcelona era el equipo que nos
identificaba a ambos”, dice Larry.
Por eso, además de figuras del fútbol en las paredes, hay
ilustraciones de jugadores de baloncesto, boxeo y una que otra caricatura que,
según ellos, han hecho que otros copien su estilo y en muchos casos vayan a
hacerse un corte solo por observar.
Los dos hermanos son muy conocidos, porque, durante la
jornada laboral, si no hay fútbol hay buena salsa. A Larry lo conocen como ‘Son’,
mientras que a Juan Carlos lo llaman ‘Sabor’.
Consideran que se diferencian de otros barberos, por
sus años de experiencia, por su estilo y por el sacrificio que tuvieron que
pasar para convertirse en lo que son ahora, ya que al inicio, imponer nuevos
cortes y figuras no era fácil, en ocasiones, algunos familiares de jóvenes
clientes hacían reclamos por considerar que no eran estilos de corte comunes.
“Y es que debemos tener en cuenta que ahora el que
tiene una máquina ya se cree barbero, y eso no es así, porque requiere de mucho
más, aunque muy bien por quienes se han sacrificado, ya que sabemos qué es eso,
pero que se ganen el título de barbero por nada, no me parece”, opina ‘Son’.
El torso de una mujer desnuda ha sido la figura más
extraña pedida por un cliente, mientras los cortes más comunes son la cresta,
el siete y el diesel, un corte indio que consiste en rapar los laterales y en
la parte de atrás de la cabeza, netamente con cuchilla.
Aunque la mayoría de sus clientes son hombres y niños,
muchas mujeres van a la barbería para que Juan Carlos les rape la cabeza y les
haga ciertas figuras que, en la mayoría de los casos, son flores.
La semana de trabajo para un barbero no inicia un lunes
sino un miércoles o un jueves, ya que en estos días llegan la mayoría de sus
clientes a peluquearse para el fin de semana. Entre viernes y sábado es posible
que hagan entre veinte o treinta cortes.
Aunque ya agrandaron el local, los hermanos proyectan tener
uno más grande para atender más clientes y mejorar su decoración para que los
identifique aún más, pero lo que si no consideran es abandonar el local donde
han estado siempre, ya que dicen que irse de ahí es dejar su raíz y lo que los
identifica como barberos.
Carolina Clavijo y Paula Cuy
Agenda Hoy
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