Relato de una visita a Caño Cristales
Febrero 19 de 2018
En la Sierra de la Macarena sobresale Caño Cristales,
una maravilla de la naturaleza.
El río Guayabero, en la Serranía de La Macarena (Meta),
que hace unos años era una de las vías de movilización y ruta del narcotráfico
del Bloque Oriental de las Farc, hoy es el paso obligado de cientos de turistas
que llegan en busca de aquel arcoíris que cayó derretido en la tierra: Caño
Cristales, el río de los cinco colores, para muchos, el más bello del mundo.
Se estima que entre 300 y 320 personas cruzan a diario
su caudal en busca de aquel paraíso. Por lo menos, eso es lo que calcula Andrés
Navarro Yate, un joven macarenense especialista en guianza turística.
Río Guayabero (La Macarena - Meta) |
Al otro lado del río, en una caseta de madera donde
varios turistas se resguardan del sol, el guía da instrucciones, mientras otro
de sus compañeros hace una requisa. Es prohibido llevar consigo cualquier tipo
de protector solar, porque puede afectar a las plantas acuáticas que le dan el
color al afluente. Tampoco es permitido llevar botellas de plástico
desechables. El municipio de La Macarena no tiene una planta de tratamiento de
residuos. El agua debe ser cargada en botellas que venden en el pueblo.
La ruta que vamos a seguir es la trocha ganadera,
explica Navarro, mientras apunta con su dedo el camino polvoriento, una ruta
hecha por las Farc. Incluso, hay un Box Coulvert abandonado, prueba de que la
guerrilla había pensado mejorar la
carretera en época de despeje.
Parada 'Manantial del cajuche'. |
La primera parada es el manantial del cajuche, punto de
encuentro y lugar hasta donde se
autoriza el paso de vehículos. Luego viene la caminata. Justo en ese lugar hay
una caseta de venta de gaseosa y cerveza. Mientras los turistas se hidratan, el
guía explica que dentro de Caño Cristales hay seis senderos, desde los cuales
se pueden apreciar unos 20 atractivos —entre formaciones rocosas por donde
circula el agua—, y se requieren al menos cuatro días para conocer todos esos
bellos parajes.
“Tenemos la cascada de los cuarzos, por ejemplo. En ese
lugar observábamos antes los cuarzos, ahora es difícil, porque antes las
personas se los llevaban para recuerdos, y no apreciábamos que era una belleza
para Caño Cristales”, explica.
Durante el recorrido se aprecian nidos de arrendajos,
plantas endémicas, como la vellozia, de importancia para el municipio y de la
cual salió el nombre del festival del pueblo que llega cada noviembre. En
invierno, agrega el guía, recogen la mayor cantidad de agua por medio de unos
vellos que hacen de pequeñas venas sanguíneas, que es como un filtro de
cigarrillo. Guardan el líquido en invierno para subsistir en verano.
Como lo dijo alguna vez el actor Álvaro Rodríguez, en
Caño Cristales el corazón palpita distinto, la mirada se altera y la piedra se
vuelve escultura. “Allí no se respira, se suspira”.
Y mientras se conocen las maravillas de Caño Cristal,
aparecen grandiosas historias contadas por los mismos guías, como la de Carol
Cristal, la niña que nació en sus aguas, además, hija de Melco, el gran
defensor de La Macarena, quien fue asesinado por ser cuidador acérrimo de la
naturaleza. O visitar la única casa de madera alrededor del caño, de propiedad
de doña Esther, una mujer de 84 años, quien guarda historias de las últimas
cuatro décadas, una mujer que fue testigo del paso de la guerrilla por esos
senderos y de los paseos de olla que hacían los habitantes del pueblo, cuando
esta maravilla de la naturaleza era aún desconocida por todo un país.
María Esther Martínez vive a pocos metros de Caño Cristales, en La Macarena. |
Para
tener en cuenta
Desde Villavicencio (Meta) salen vuelos todos los días,
y el tiempo estimado de viaje es de 50 minutos. La particularidad del
aeropuerto de La Macarena es que no hay
tractores que recojan las maletas. Los pasajeros, al llegar, se encuentran
con un mundo macondiano donde un lugareño que maneja una zorra se encarga de recoger el equipaje y trasladarlo al hotel.
También se accede por tierra, pero no es recomendable
por el estado de la vía. Quienes salgan desde Villavicencio, deben pasar por
Acacías, Guamal, San Martín, Granada, San Juan de Arama y Vistahermosa. En este
último municipio está la inspección de Piñalito, desde donde sale una trocha
ganadera que conecta con La Macarena, tras recorrer unos 139 kilómetros.
La temporada más recomendable para viajar a Caño
Cristales empieza los primeros días de junio y dura hasta el 30 de noviembre, o
según convenga la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo
Especial La Macarena (Cormacarena).
Solo en algunos lugares se permite el baño recreativo y
depende de la temporada climática.
En La Macarena hay alrededor de ocho hoteles y 12
residencias.
Andrés Molano Téllez
Director Agenda Hoy
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