En
su memoria
Abril 24 de 2019
Hoy, 24 de abril, se cumplen 28 años del asesinato del poeta,
periodista y cronista Julio Daniel Chaparro, un homicidio declarado crimen de
guerra, pero que continúa en la impunidad.
Julio Daniel Chaparro, en un recital de poesía en la plazoleta Los Centauros, en Villavicencio. Foto: Constantino Castelblanco. |
Su crimen fue perpetrado el 24 de abril de 1991 en Segovia
(Antioquia), cuando se encontraba realizando un trabajo periodístico para El
Espectador. En el atentado también murió su camarógrafo Enrique Torres Navas.
La orden de los asesinatos fue dictada por Julio Lezcano,
alias Zarco, quien comandaba las milicias de la guerrilla del ELN en Segovia, y
por órdenes del comando central de ese grupo armado.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) recordó
que “dos de los autores materiales, Julio Lezcano y Ramiro Lezcano,
permanecieron detenidos por rebelión y por el asesinato de los periodistas,
entre el 19 de diciembre de 1991 y el 24 de mayo de 1994. Sin embargo, la
Fiscalía delegada ante el Tribunal revocó la resolución de acusación contra los
mencionados guerrilleros, dejándolos en libertad. Posteriormente, en 2011, en
una decisión que resulta contradictoria, el fiscal actual reconoció la autoría
material de Julio y Ramiro Lezcano, pero expidió resolución inhibitoria
alegando la muerte de los presuntos autores materiales del crimen”.
Aunque Julio Daniel Chaparro nació en Sogamoso (Boyacá),
su obra literaria se gestó en Villavicencio, ciudad en la que es reconocido
como uno de los grandes poetas de la región. Fue cofundador de la revista Oriente,
coordinador de la revista cultural Entreletras, y realizó estudios de
Lingüística y literatura en la Universidad de La Sabana.
Entre sus libros publicados se encuentran:
…Y éramos como soles (poesía), Editorial Entreletras,
1986.
País para mis ojos (poesía), 1987.
Árbol ávido (poesía), Editorial Entreletras, 1991.
Papaíto país (crónicas), Reporteros sin fronteras, 1992.
Recordemos dos de sus poemas, publicados en el Aleph,
blog cultural del editor y periodista Jaime Fernández Molano:
Cadáver
“Tengo el atrevimiento de morirme”.
(A mi jardín)
Emily Dickinson.
1.
ya nada les asombra
ni la rabia
ni la mano que de súbito retira la profunda rosa de una
boca
2.
ni
siquiera la altura del arroz
ni
el grito de la hierba que florece
o el
niño que delira porque halló la vida en una grieta.
la
lluvia es natural
mas
la soportan
y
por ella apagan el crujir de los cabellos
y no
fingen
se
detienen
y no
lloran
3.
están
así
estragados
duros
negros
negros
ellos
no cantan
no
susurran
son
como robles
y
hasta una espiga los derrota
4.
pero
aunque nada les asombre
quisiera
soñar lo exacto de sus sueños
resumir
todo su hedor, lo oscuro de su herida
cantar
así, morir cantando
soltarme
la corteza contra un árbol.
Julio Daniel Chaparro.
Mi padre en sueños
me
quedará su sol
su
permanente caminar en las vigilias,
su
tambaleo.
mi
padre duerme ahora
y es
bello como un niño
soportando
la carga de sus sueños
bajo
los pomarrosos.
desde
mi orilla yo lo alcanzo a ver
restregando
contra su pecho los retratos,
y
recuerdo que un día deambulamos inocentes
reconociendo
el país de sus deseos
donde
vivirán, decía, sólo los felices.
yo
lloré contra su pierna entonces
y
oculté mi miedo entre sus manos.
pero
por él fue mi juramento
la
decisión de mi alborozado paso.
lo
admiro ahora, mi padre
detenido
en otra esquina
bajo
una nube que como la muerte
permanece.
me
sé su anhelo:
me
dejará su soleada maravilla
el
sabor de sus alcoholes, sus lamentos.
mi
padre sumergido en sueños.
la
tarde enturbiada de repente.
la
lluvia en gris anunciando su próximo abandono.
pero
él no será ya nunca como el aire
no
podrá huir de entre mis dedos
no
saldrá de la geografía de mi cuerpo,
de
este poema.
el
viento me golpea bruscamente.
anochece.
mi
padre sigue en mí, invicto,
sigue
sonriendo…
Julio
6 de 1987
Julio
Daniel Chaparro
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