Restauran obra de Hitchcock
Abril 26 de 2019
'Con la muerte en los talones', de Alfred Hitchcock,
película precursora en el subgénero de agentes secretos y una de la mejores de
su tipo, según el Instituto Americano del Cine, volverá este domingo 28 de
abril a la pantalla grande y será presentada en Cine Colombia del centro
comercial Viva Villavicencio, a las 12:30 de la tarde.
La cinta tuvo su premier mundial en el Festival de
Cine de San Sebastián y fue estrenada el 17 de julio de 1959. Inicialmente, los
estudios Metro-Goldwyn-Mayer habían encargado a Hitchcock y al guionista Ernest
Lehman adaptar una novela titulada 'The Wreck of the Mary Dearek', escrita en
1956 por el británico Hammond Innes; sin embargo, durante el proceso de escritura
Lehman se sintió estancado y le comunicó al director que debía buscar un nuevo
guionista.
Hitchcock aprovechó la oportunidad y le comentó al
guionista de su otra idea: había estado trabajando en la historia de un hombre
que es confundido con un espía y tenía en mente una persecución por el famoso
Monte Rushmore. Hitchcock y Lehman comenzaron a trabajar en el nuevo guion y
nunca le avisaron al estudio. Cuando los productores se enteraron de lo
sucedido decidieron dejar al director continuar con su proyecto y encargarle la
adaptación a Michael Anderson.
Un tema recurrente de Hitchcock es el del falso
culpable, el del acusado de un delito que no ha cometido, el del inocente en el
lugar equivocado. Este es uno de sus mejores ejemplos: la historia de un
publicista (Cary Grant) confundido por unos espías con un agente del gobierno
desencadena una trama que no da tregua. Tiene momentos esenciales que se
convertirían en referentes para el cine “de acción”, combinados con
sofisticados juegos de amor y de humor. Un clásico contundente.
Como ya es común en su filmografía, Hitchcock no
reparó en gastos e insistió hasta lograr lo que quería a la hora de plasmar su
idea en la gran pantalla: impuso sus decisiones desde la elección de la cámara,
haciendo de Con la muerte en los talones
la segunda y última película de MGM filmada con la tecnología VistaVision. Para
el corte final, se negó a cortar 15 minutos de cinta para mantener la película
por debajo de dos horas de duración luego de hacer que su agente revisará su
contrato para saber que tenía control absoluto sobre el producto.
Pero eso no fue todo. A pesar de los muchos
impedimentos, Hitchcock logró rodar su película en los lugares que quería y con
métodos poco convencionales. Al no obtener permisos para grabar en las
instalaciones de la ONU, recreó el interior de las oficinas en un estudio y
decidió grabar la parte exterior de la edificación desde el otro lado de la
calle con una cámara escondida en una furgoneta. Además, como ya es costumbre,
su preferencia por los estudios donde todo puede ser controlado lo llevó a
plantar más de cien pinos en los estudios de MGM para no ir a rodar esas
escenas a Dakota del Sur.
La casa que aparece cerca al final de la historia
tampoco es real; el director ordenó al departamento de arte que construyeran un
set similar a una casa diseñada por Frank Lloyd Wright, uno de los arquitectos
más famosos en Norteamérica. Utilizando el obsesivo control de la grabación en
estudio, el director logró rodar la escena final a pesar de no haberle sido
permitido usar el verdadero Monte Rushmore. Cada plano está cuidadosamente
planeado y pensado por Hitchcock y su equipo para que los famosos rostros de
los presidentes no queden asociados a la violencia presente en la escena.
Con tres nominaciones a los Premios Oscar por
mejor guion original, mejor dirección de arte y mejor montaje, este clásico de
las películas de acción sentó un precedente en el género y su uso impecable de
elementos narrativos como el “McGuffin” llevan a que estas técnicas sean
replicadas años después en películas de culto como lo hizo Tarantino con el
misterioso maletín brillante en Pulp Fiction.
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