Burla a una disputa política
Abril 6 del 2020
#Villavicencio180Años
En 1940, vísperas a la conmemoración del primer
centenario de la muerte de Francisco de Paula Santander, se tomó la decisión de
bautizar la plaza central de Villavicencio con el nombre de parque Santander.
Plaza central de Villavicencio en 1940. Aquí se aprecia el pedestal de esta historia. |
Según una antología de relatos de Carlos Burgos Moyano, la
administración local instaló un pedestal en la plaza central, frente a la iglesia, y se le
encomendó a un artista francés la elaboración de una escultura en recordación
al prócer. Sin embargo, a causa de la segunda Guerra Mundial, las fronteras
fueron cerradas y el encargo nunca llegó.
La polarización entre las ideas conservadoras y liberales
marcaron una fuerte tensión en aquella época. Algunos ciudadanos no concebían
la idea de que se le rindiera un homenaje a Santander; entonces, empezaron a
nombrar el lugar como parque Bolívar. En medio de ese rifirrafe y como el
pedestal ya había sido instalado, el clero pedía que, al llegar el busto, este
no le diera la espalda a la iglesia.
Una de aquellas mañanas, la ciudad despertó sorprendida, el
chisme de una burla se regaba como pólvora por entre los solares de las casas. El
alcalde, ofuscado, pidió desenmascarar al parroquiano que la noche anterior
había instalado sobre el pedestal una cabeza de yeso con clavos y puntillas en lugar
de cabellera, y con un gancho enterrado en la nariz.
Se trataba de la famosa cabeza de Geniol, ícono de la
publicidad de la década de 1930, la cual representaba de manera creativa el
fármaco del mismo nombre con el cual se combatían los dolores de cabeza, pero
que aquella mañana habría producido lo contrario.
Así era el aviso publicitario de Geniol, remedio para el dolor de cabeza. |
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