Científico colombiano dice que seguirá donando su trabajo a la humanidad
Manuel Elkin Patarroyo, el científico colombiano creador de la vacuna contra
la malaria y quien ofreció ayer en compañía de su hijo Manuel Alfonso una rueda
de prensa en la Unimeta de Villavicencio, dio parte del crédito de su hallazgo
a la ciudad, habló sobre el proyecto que ahora adelantan en busca de mejores vacunas,
criticó la falta de apoyo de los últimos gobiernos, de sus sueños, de sus
enemigos, del proceso de paz y afirmó que seguiría donando sus hallazgos para el
bien de la humanidad.
Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano. |
Patarroyo, quien ofrecerá hoy una conferencia en desarrollo de XX Día
del Conocimiento en la Unimeta, fue condecorado, además, por la Gobernación del
Meta, con El Centauro, en la categoría Oro, y declarado por la Alcaldía de
Villavicencio visitante ilustre. Sin embargo, antes de iniciar la rueda de
prensa, el científico se despojó de ese homenaje y se lo entregó a su hijo, en
reconocimiento a su trabajo.
“Pero no es por el hecho de ser hijo, agregó, es porque llevamos trabajando
juntos desde cuando tenía siete años. Es
decir, muchos de los logros que he alcanzado se deben a él. Inciertamente tengo
el privilegio y el honor de estar catalogado como el científico número uno de Colombia, del cual me honro y me honra muchísimo. Y Manuel Alfonso está catalogado, a su edad, como el número
tres, en camino de ser el segundo. Lo
que sucede es que la sombra del padre obviamente
lo cobija y a ratos lo apabulla, pero el trabajo que ha adelantado ha sido, si
no igual, más grande y mejor que el mío, y no lo digo porque es hijo, sino por reconocimiento justo a lo que se debe
dar a quien corresponde”.
Manuel Alfonso Patarroyo. |
Y es que Manuel Alfonso Patarroyo no solo es el director del grupo de
biología molecular e inmunología de la Fundación Instituto de Inmunología
de Colombia, creada por su padre, sino
que lidera la investigación para el desarrollo de una vacuna contra otro tipo de
parásito, que en el caso de Colombia, es el responsable del 65 o 70 por ciento de los casos de malaria.
Antes de responder las preguntas de algunos periodistas que llegaron al
aula magna Julio Flórez Roa, donde se desarrolló la actividad, el reconocido
científico agradeció a Villavicencio, porque fue aquí donde comenzaron los
estudios para el desarrollo de la vacuna.
“De manera que ustedes tienen el
legítimo derecho de reclamar, no digo que la patente, pero sí una parte del
crédito del desarrollo de esta vacuna, del concepto que beneficia a la
humanidad. Fue aquí, hace 36 años, cuando la mayoría de ustedes no habían
nacido. El desarrollo de la malaria se
desarrollo acá, en esta bella ciudad, así que cuando la rectora me hizo la
invitación, la respuesta fue un absoluto e inmediato sí, porque es el derecho
que les corresponde a ustedes, quiero que sepan que mi gratitud es enormemente grande para con esta ciudad. Aquí
nos brindaron la posibilidad de comenzar lo que hoy en día es un desarrollo absoluto para la
inmunología, de la mano de este caballero, el doctor Manuel Alfonso Patarroyo y
el equipo de investigadores que labora en el Instituto de Inmunología”.
Hace varios años
se reunieron en el centro de investigación de la Universidad Nacional, en
Villavicencio, con Federico Meden. Cuéntenos
ese momento crucial, ese primer contacto con su investigación.
La estación de Federico Medem quedaba
pegada al servicio de rehabilitación de la malaria, compartía cerca, y mi lo que me fascinaba era ir a mirar los
caimanes, claro que no me les metía, ya después de grande sí. Eso fue lo que
sucedió. Venía a Villavicencio por lo menos una vez cada 15 días, desde Bogotá.
Yo estaba tratando de desarrollar vacunas, pero contra la tuberculosis, y fue
justamente en una premiación nobel donde me invitaron a la recepción del premio
Nobel, donde me dijeron, óigame, y por qué tuberculosis y no malaria, porque yo
no sé nada de malaria, y quien era en ese momento el secretario del comité Nobel,
Peter Perlman, hoy en día su hijo es el
presidente del comité Nobel, me dijo,k por qué no trabajamos en malaria, porque
no sé nada, cómo se le ocurre que no sepa nada si Colombia está plagada de
malaria, la verdad que no se. Mire que cerca de Bogotá hay una ciudad llamada ‘Vilavicencio’,
así la pronunció, en donde llegan un promedio de 100 a 150 casos de malaria cada
lunes, no tenía idea, y fue Peter Perlman, justamente, quien me indujo a
trabajar aquí, y ni tuve que buscar la ciudad, él ya me la había dado, me dijo,
queda cerca de Bogotá, se llama ‘Vilavicencio’, vaya que allá hay mucha malaria,
mucho paludismo, y la familia Ferlman vino a Colombia invitada por nosotros a
quedarse en nuestra casa. Y así empezamos a trabajar en la cura contra la
malaria aquí. Veníamos desde Bogotá muy temprano en la madrugada, justo cerca
de donde estaba la estación de Medem a tomar
muestras de sangre a la gente, mirar quiénes era los casos de más infectados
y devolvernos a Bogotá. Eso sucede así y ha sucedido así duro de esa manera.
Así conocí a Medem, en la estación, porque me la pasaba allá haciendo todo ese
trabajo.
Después de
tantos años creo que la única persona que ha logrado dibujar su vida es el escritor
español Javier Julio García, que hizo un
libro sobre su obra y cuenta las vicisitudes que usted vivió para desarrollar
la vacuna contra la malaria. ¿Qué ha
cambiado respecto al olvido del gobierno colombiano al trabajo que ha logrado
usted y con su hijo, y considera que fue un error donar la vacuna a la Organización
Mundial de la Salud?
La rueda de prensa se realizó en la Unimeta. |
El asunto es el siguiente, el otro día, en una entrevista me preguntaron
algo similar, no le duele como tanta oposición a diario. Le voy a decir una
cosa, si usted sale a la calle el cariño de todos ustedes es maravilloso. Habrá
uno que otro que quiera obstaculizar, que también es comprensible, pero en esencia
lo que nos ha sucedido es que la oposición,
al igual que las cometas, nos eleva, nos une, nos ha ayudado enormemente a
magnificar las diferencias y los errores, y superarlos de una forma increíble. Tengo que decir que durante los últimos
dos gobiernos no hemos recibido prácticamente ningún tipo de apoyo económico.
Hay que diferenciar enormemente en decir qué es el estado de Colombia, no, el
estado son todos ustedes y somos todos nosotros. Tenemos el apoyo de los colombianos, que en los últimos años no lo
hemos tenido del gobierno, no nos preocupa, no interesa, lo tuvimos de España, que nos dio generosamente
financiación hasta hace aproximadamente dos años, algo de Alemania, e hicimos
una asociación con la Universidad del Rosario. Hoy en día es uno de los
principales financiadores nuestros, al igual que la Universidad de las Ciencias
Aplicadas y Ambientales. De manera que si nos cortaron el chorro por el lado
oficial, por el otro lado nos lo abrieron, y eso no ha sido óbice ni inconveniente
para que sigamos adelante, al contrario, eso que definió maravillosamente
Javier Julio García, en un maravilloso libro, al cual hace mención, nos ha
ayudado más bien a salir más adelante, con más tesón, con mas esfuerzo. Pero hay algo de dolor algunas veces, por los obstáculos y por el
tiempo que se ha perdido, No sé
si sepan que hace poco, no más de dos semanas, nos autorizaron trabajar de
nuevo con los miquitos, con las más absurdas de todas las acusaciones. Que era
que los miquitos venían del otro lado del río Amazonas o del otro lado de la
calle, que es Brasil, entonces volvimos a avanzar, pero lo que avanzó fue la
humanidad y eso se compagina con la segunda pregunta. No nos arrepentimos, ni mi hijo ni yo, ni el instituto, de haber donado
la patente, que no le hubieran dado el uso apropiado, eso es otro cosa,
problema de ellos que perdieron la oportunidad de tener una vacuna mejor, que
es la que estamos desarrollando. Y que
seguiremos donando nuestro trabajo a la humanidad, sin la menor duda, no le quepa la menor duda, no nos mueve
lo mas mínimo el interés económico, ni el poder. El reconocimiento es muy
bonito, muy agradable, pero no fundamental para nuestro trabajo, el resultado
es el que cuenta, el hecho de saber que lo que estamos haciendo beneficia a la
humanidad es tal vez el motor principal de nuestro trabajo, y seguiremos igual,
lo que desarrollemos hasta el día que nos muramos será para la humanidad, libre
de costo, absolutamente, será donado gratis y a nombre de Colombia a la
humanidad entera.
¿Después de
tanto años de esfuerzo, de sacrificio,
persistencia, por qué seguirlo haciendo, cuál es ese sueño que tiene,
cuánto falta para que se haga realidad, qué lo motiva y que nos sugeriría a quienes
tenemos un sueños para hacer este mundo mejor, y cuál es el peor enemigo de ese
sueño?
Lo que siempre nos ha motivado, porque esto es un proyecto de familia,
he querido que sea de país también, que nosotros los colombianos no seamos más
estigmatizados sino reconocidos por lo opuesto, por ser benefactores de la
humanidad, acuérdense que hemos llevado por décadas un ítem donde se nos
cataloga como narcotraficantes, delincuentes, etcétera, no, con este trabajo
no, con este trabajo, que la gente diga allá van los colombianos, esos fueron los
que descubrieron las vacunas, de las cuales estamos beneficiándonos todos para el bienestar de toda la humanidad.
Ese ha sido el sueño siempre, resolver el problema para bienestar de la
humanidad y para gloria y reconocimiento de Colombia, ese ha sido el sueño,
siempre, y lo será. No se acabará nunca ese sueño, porque tan pronto cuando termine mi labor, que
creo que se demorara un rato, tengo a este sucesor (Manuel Alfonso), pero hay
que seguirlo siempre, debemos soñar siempre, tener una humanidad en donde no
haya distingos de nada, ni de raza, ni de religión, ni de fronteras, ni de
lenguas ni de nada, los humanos somos uno solo. Acabamos de llegar del África,
con el hijo, no hay nada más distinto que los brujos con los cuales trabajamos, son
musulmanes, en primer lugar, son negros requintos, fuera de eso tienen un
idioma distinto del nuestro, que es el jula, para ellos es que trabajamos, qué
más hermoso que trabajar y vivir uno en función de quien ni siquiera conoce,
que ni siquiera le va poder a decir
gracias, que se va a beneficiar de lo que usted hace, que la humanidad sea una sola,
y lo que a ti te duela, a mi me duela, y que lo que haga para beneficio tuyo lo
haga para bien, y que tu también lo hagas para beneficio nuestro y de todos. La
humanidad es una sola. El principal enemigo, yo creo que enemigos en esencia… yo no he graduado a nadie de enemigo.
Tal vez un problema grande sí ha habido,
es que al no haber una comprensión gubernamental,
la buena gente es la que va a sufrir, pueda que yo me demore un poco, pero en
esencia son los niños de África los que se van a morir, los niños del Chocó,
nuestros descendientes, y eso es lo que me preocupa.
Sobre sus
verdades científicas mucho se ha hablado, ¿pero cuál es su opinión sobre este proceso de paz?
Yo nací en un pueblo chiquito del sur del Tolima, llamado Ataco, y tenía
como corregimiento Marquetalia, Rioblanco y Planadas, de manera pues que he
sufrido la violencia desde que gateaba. Nosotros nos tuvimos que salir de Ataco,
desplazados, porque a mi padre le hicieron un asalto para asesinarlo, se logró
salvar de milagro, y un día después estábamos con una mano adelante y una atrás,
totalmente desplazados. Conozco la violencia en todas sus manifestaciones. Un
tío, hermano de mi madre, fue secuestrado y asesinado. He vivido en el área del
Hospital San Juan de Dios en la Hortúa, donde
se veían en las peores circunstancias de violencia. Está la historia de la
violencia en el África, también, aquí, hasta el moño. Pienso, entro otras cosas,
que tenemos que ponernos de acuerdo todos y que en esencia es tiempo de que reconozcamos
los errores, todos, y que llegó el momento no solo de dar perdón sino de pedir
perdón, tenemos que hacerlo todos, aquí las manos limpias no creo que las tenga
prácticamente ninguno, creo que vale la pena que hagamos la paz, pero también
tenemos que reconocer dónde nos equivocamos. Yo fui víctima de la violencia,
¿Cómo pueden
ustedes invitar a la comunidad llanera con este posconflicto a que se involucren
con la ciencia y la investigación?
Esa es una de las cosas que más le debo a nuestros padres, nuestros
padres nos enseñaron, tenga sueños, metas, propósitos, proyectos de vida, cualquier
propósito con una única condición, nunca le haga daño a nadie. La segunda cosa
que nos enseñaron los padres es a luchar, es su sueño. Y lo tercero, es que si
usted es solidario, todo el mundo lo ayuda.
Estructúrense porque viene la ola amarilla, la China, son 1500 millones,
30 veces Colombia, y por torpes, habrá algunos que serán muchísimo más
inteligentes que ustedes, son los que nos van a mandar si no estamos estructurados. Vamos a estar
subyugados.
Esta
es la programación del XX Día del Conocimiento, que se realizará hoy jueves en la Unimeta.
9:00 a.m. Instalación y lectura del orden del día e
inicio del protocolo.
9:25 a.m. Palabras de apertura y entrega de
reconocimientos.
9:45 a.m. Muestra Artística y cultural.
10:30 a.m. Conferencia ‘Las nuevas vacunas’, a cargo de
Manuel Elkin Patarroyo Murillo.
3:00 p.m. Presentación biografía de sabios colombianos
y muestra cultural por parte de los estudiantes del MEUM.
6:30 p.m. Conferencia ‘Desarrollo de una nueva vacuna contra
el plasmodium vivax, a cargo del Manuel Alfonso Patarroyo Gutiérrez.
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