Heredero
de la rumba salsera
Enero 11 de 2018
Harold Lussio, quien acaba de convertir a Moma
Bar en un sitio de rumba salsera, siguió los pasos de su padre y hoy es uno de
los empresarios del entretenimiento nocturno de Villavicencio que respira por
la salsa.
Harold Lussio, empresario del entretenimiento y amante de la salsa. Fotos: Nicolás Molina. |
Los sonidos de Celina y Reutilio, La Sonora Matancera, El
Gran Combo de Puerto Rico y los boleros de Orlando Contreras, entre otros,
despertaron su pasión por la música. Jhon Harold Lussio Vergara, de 49 años,
nació en Santiago de Cali y se crio muy cerca del mundo de la rumba. Su madre
era una mujer que respiraba fiesta mientras que su padre, Guillermo Lussio
—propietario de la discoteca La Noche—, ha sido siempre un empresario del
entretenimiento.
Su padre
Sus ojos se encharcan al hablar de él. Cuenta que su
padre llegó a dormir en el suelo, al viejo le dieron la espalda, veía cómo
sacaba dinero prestado con los llamados gota a gota, pero siempre mantuvo el
sueño de convertirse en empresario del entretenimiento. Al principio no vendía
nada, se sostenía con la venta de empanadas, génovas y yogures. Trasnochaba. Y
fue él mismo quien levantó paredes, pisos y techo de Memo’s, una fuente de soda
que luego se transformó en discoteca. Innovó con los jueves de salsa, donde
sonaba el mejor repertorio del género. La idea pegó y atrajo a la sociedad
villavicense al barrio Olímpico, donde inició. Fue un éxito.
A su padre siempre lo recuerda como un hombre solidario.
En aquel entonces les dio posada a muchos jugadores caleños que venían a probar
suerte en un equipo local. Y fue ahí cuando lo señalaron de ser patrocinador de
la guerrilla, allanaron el lugar y lo único que encontró la Policía fue una
nómina de jugadores con muchos sueños. La discoteca se trasladó luego al sector
de El Maizaro, cuando estaban en furor discotecas como Apocalipsis y Siboney.
Llegó allí con grandes deudas y el trago lo sacaba fiado en la plaza de
mercado. Luego de un tiempo, la zona se empezó a dañar, llegaron las populares
casas de citas. Se da cuenta de que la rumba se empieza a trasladar al Siete de
Agosto, compra allí un lote y construye la discoteca La Noche, que funciona
simultáneamente con Memo’s. Luego de un tiempo decide cerrar Memo’s y el sitio
hereda su nombre: La noche de Memo’s.
Sus inicios
Harold Lussio siempre siguió los pasos de su padre. De
adolescente llegó a Villavicencio y su primer trabajo fue en Rancho Tolimense,
donde hoy funciona Casa Meraki y que en aquel entonces era punto de encuentro
de la sociedad villavicense, con orquestas en vivo. Luego apoyó a su padre en
la fuente de soda, trabajó en el amanecedero Melodías, fue programador musical
del bar Tibiritabara, en San José del Guaviare, y disc jockey en las discotecas
Discovery, El Escondite, Siboney y Memo’s, en Villavicencio. Hizo parte de la
organización del Primer Festival de Salsa al Parque Sikuani y ha apoyado los
eventos de Salsa pa’l barrio.
Harold Lussio también hace las veces de disc jockey. |
También ha hecho parte de la organización de importantes
eventos en Villavicencio. Ha traído a Willy Colón, Cheo Feliciano, Andy
Montañez, Marc Anthony, Mariano Cívico, Maelo Ruiz, Jimmy Saa, Joe Arroyo,
Henry Fiol, El Gran Combo de Puerto Rico… Junto con un amigo inauguró Planeta
Tierra, en el Siete de Agosto, un lugar donde la salsa, el regué, el house y el
rock alternaban el protagonismo. Fue administrador de Yotoco y desde hace
algunos meses tomó las riendas de Moma Bar, lugar que está en proceso de
transformación para convertirse en una discoteca ciento por ciento salsera.
¿Qué
significó para usted Yotoco?
Merece un capítulo aparte en mi vida, una iniciativa que
inicio en la cabeza de Mauricio López. Me invita a hacer parte de este proceso,
y fue un proceso muy exitoso y bonito para la ciudad, infortunadamente cumplió
su ciclo y ya es parte de la historia.
¿Por
qué terminó esa historia?
Porque Mauricio me da la oportunidad como administrador
en sus inicios, siendo una alianza muy exitosa, muy bonita. En un momento me
hago a un lado, duro un año y suceden muchas cosas en el negocio, vuelvo a
hablar con Mauricio, retomo, pero como arrendatario, lo tengo dos años. En ese
tiempo, entenderás, volver a retomarlo y atraer a una clientela que se fue es
un proceso difícil. Yo me cuelgo en el arriendo, me tuvo paciencia dos años, y
le tengo que entregar el negocio, eso fue lo que pasó.
¿La
salsa tiene estrato?
La salsa le gusta a todo el mundo. Cualquiera puede
llegar a una rumba salsera, yo he tenido fiestas salseras donde me llegan ricos
y no, cuando hay un concierto confluyen todos los estratos sociales, no hay
estratos sociales, no se los veo a la música.
¿Cómo
percibe el gusto por el género en Villavicencio?
La salsa es un ritmo universal que siempre va creciendo,
y cada día salen nuevos ritmos afines a la salsa, que cautivan a los jóvenes.
Se lo escuché decir a al maestro Rafael Ithier, cuando trajimos a El Gran
Combo. Se le preguntaba sobre los nuevos sonidos, la salsa urbana, la salsa
choke, y decía que esa era la evolución de la salsa. Cuando algo evoluciona
siempre va a tener nuevos adeptos, entones la salsa nunca va a morir, la salsa
vive.
¿Cómo
ve el apoyo hacia la cultura salsera en la ciudad?
La salsa, que tiene grandes seguidores, debe recibir un
apoyo que a veces me parece que se queda corto, es mi impresión, puedo estar
equivocado, y espero que esto se reciba bien, es apostarle a la cultura, porque
la cultura es un detonante para el
mejoramiento de la sociedad (…) Ver parejas de baile que se esfuerzan mucho
para llegar a esos niveles de profesionalismo, entonces es bueno que se apoye,
pero sufren mucho las escuelas de baile, los artistas, hay artistas que pasan
hambre, no estoy culpando a nadie, no estoy responsabilizando a nadie, porque
cada quien es responsable de su vida, pero si encontraran apoyo, muy
seguramente el camino sería fácil.
¿Ha
pasado por etapas duras, como las que vivió su padre?
Con mi papá vivimos situaciones muy difíciles, la familia
pasó por situaciones de extorsión, todos se afectan, ver a tu mamá durmiendo en
el baño, a mis hermanos, que se tuvieron que ir para otras ciudades, nos
quedamos mi papá y yo enfrentando esas situaciones, en el día a día de estos
negocios, evitar que entren menores de edad, que lo que se venda sea de
calidad, de tratar de ser diferente a muchas personas que ejercen esta
actividad, el tema de las ventas, estos negocios viven de las ventas, es duro a
veces no ver recompensado tu esfuerzo, pero en ese caso el único responsable
soy yo, porque me imagino que debo hacer mejor las cosas.
¿Ha
pensado en tirar la toalla?
Lo he pensado, pero me apasiona mucho esto, de hecho, me
gustaría hacer otras cosas y tener de la mano esto, y no depender económicamente
de estos negocios, ese es mi día a día, buscar otras fuentes de ingreso, por
eso hacemos conciertos, hago redes de mercadeo, me muevo en otras áreas que generen
otros ingresos, y gozar con la dicha y la fortuna de tener estos
establecimientos para brindarle espacios de alegría a la gente.
0 Comments :
Publicar un comentario