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Aplausos, críticas y propuestas, resultados del foro sobre el futuro de la cultura en el Meta

De foro a debate cultural

 

Mayo 14 de 2020


El martes 12 de mayo de 2020, la revista Agenda Hoy realizó el foro virtual departamental ‘Una mirada crítica al futuro de la cultura en el Meta’, con la participación de nueve invitados.



Durante el evento, con transmisión en Facebook Live, los panelistas plantearon el significado de la identidad cultural de los habitantes del departamento, analizaron de qué manera esa identidad está inmersa en el proyecto del Plan de Desarrollo departamental (2020-2023), develaron las virtudes y las debilidades del documento, y se generaron propuestas para el manejo del sector durante y después de la crisis causada por el Covid-19, con la meta de que estas sean tenidas en cuenta antes de la aprobación del Plan de Desarrollo que se debate en la Asamblea .

El tema de discusión se abordó en tres bloques, a partir de igual número de preguntas, cada una contestada en un lapso de cuatro minutos. Los invitados tuvieron derecho a una réplica por interrogante, esta vez, de dos minutos.

El foro, moderado por Andrés Molano, director de la revista Agenda Hoy, contó con la participación de Nayib Camacho, escritor y profesor universitario; Alexander Cobo Ortiz, gestor cultural y representante del movimiento ‘El Meta se respeta’; Francisco Cortés Betancourt, presidente de la Sociedad de Artistas del Meta (Sodeartmeta); Luz Mireya González, directora del Instituto de Cultura del Meta; Narciso Eduardo Matus Díaz; promotor cultural cercano al gobierno de Juan Guillermo Zuluaga; Héctor Ramírez Mora, director del colectivo de artistas Total Art; Sandra Yanneth Rojas Guevara, representante del Meta ante el Consejo Nacional de Cultura; Diego Fernando Rojas, gestor cultural y consejero territorial departamental de  Planeación; Javier Alonso Ballesteros, vicepresidente de la asociación Músicos y Artistas Sindicalizados del Meta (Musasmet).

Todos los panelistas permanecieron hasta el final del foro, a excepción de la directora del Instituto de Cultura del Meta, Luz Mireya González, quien solo respondió al primer  interrogante, y de manera superficial y contradictoria, para luego retirarse de la sala virtual, con el argumento de tener otro compromiso, dejando el peso del compromiso en Martha Lucía Montañés, subdirectora operativa, quien, por razones de las reglas previamente planteadas por la organización del foro, no siguió actuando en representación de la dirección del Instituto de Cultura.

En su mayoría, los panelistas coincidieron en que la identidad cultural de los habitantes del departamento del Meta está marcada por las costumbres llaneras, pero en un contexto de multiculturalidad y mestizaje, producto de muchos factores, entre ellos el proceso de colonización y globalización.

Dentro de un concepto costumbrista y bastante visceral, surgió la afirmación de Diego Rojas, director de Danzat, tras afirmar, sin meditar duda, que la identidad del Meta era llanera, y agudizó su pensamiento al decir que no entendía por qué, quienes pensaban lo contrario, seguían en el departamento.

Su afirmación estimuló los comentarios en redes sociales, recibiendo dardos en contra y palmadas a favor, y contradiciendo la respuesta de Nayib Camacho, filósofo y escritor, cuyo análisis social y académico lo lleva a creer en que no existe una verdadera identidad, pues hay que mirar todo con pinzas, sobre todo, cuando el poder y los factores hegemónicos han definido la cultura según sus intereses, y como diría Borges, ser colombiano, en este caso, llanero, “es un acto de fe”.

Dentro de un concepto algo estratégico, surgió la opinión de Alexander Cobo, director de la Corporación Cultural Les Lumiere, al rescatar el folclor llanero, pese a considerar que la mayor parte del territorio metense no es llanero, sino pluricultural, empezando, dijo, por la región del Ariari, en donde no gusta la música llanera, o hacia Puerto Gaitán, con población indígena. Y aunque es consciente de que la cultura llanera no se puede decretar, sugiere que se instale el folclor de esta región como producto cultural principal del Meta, una estrategia dentro de la economía naranja, pero sin derrochar el dinero. “Sí al folclor llanero, a la cultura llanera, pero no así”, puntualizó.

Dentro de la defensa por la identidad estuvo Narciso Eduardo Matus, promotor del sector, muy cercano al Gobierno de Juan Guillermo Zuluaga. Aclaró que el folclor es un escenario paralelo, pero la llaneridad es la que soporta los rituales del hombre llanero e indígena, y que existe un área definida por patrones de la cultura universal.

“Nuestra cultura llanera, nuestra cultura metense llanera es una cultura sincrética, que se forma de la unión de cuatro razas, y es una cultura diacrónica, porque evoluciona permanentemente, de modo que hoy podemos decir que tenemos un referente en el joropo, pero ese referente en el joropo tiene 50 o 60 o 70 años en el Meta; la formación de la cultura llanera tiene formación de 480 años, cuando las razas españolas, moras, negras, indígenas se unieron por allá entre San Juan de Arama y San Martín, y dio origen a lo que hoy es el hombre llanero”, precisó.

Fue ese argumento el que lo llevó a confirmar que, como había asegurado el Gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, es un hecho el traslado del Instituto de Cultura del Meta a San Martín, por cuya historia el municipio será convertido en “el epicentro de las actividades culturales del Meta”.

Francisco Cortés, presidente de la Sociedad de Artistas del Meta (Sodeartmeta), y Javier Alonso Ballesteros, de la asociación Artistas y Músicos Sindicalizados del Meta (Muasmet), sincronizaron opiniones al considerar que existe una identidad multicultural en el Meta, pero que debería haber una identidad llanera mucho más marcada; para el primero, no ha ocurrido, porque la voluntad política no lo permite, mientras que para el segundo, porque lo llanero no se ha articulado con el resto de vertientes culturales, lo que agudiza su estancamiento.

Opiniones como las de Sandra Rojas, licenciada en artes plásticas, y Héctor Ramírez, coinciden en que la llaneridad está en permanente evolución. Para Ramírez, “no hay identidad generalizada, pero hay una preponderancia en esa identidad, de lo que hemos denominado llaneridad”. Además, agrega, “es dinámica y dialéctica, hoy no podemos hablar en el mundo entero de culturas planas, todas han tenido sincretismo por muchas razones de migración”.

 

De foro a debate

La mayoría de los panelistas estuvo de acuerdo con que la debilidad más notable dentro del proyecto de Plan de Desarrollo es la reducción de recursos al que tuvo que ser sometido por la crisis económica, producto de la pandemia del Covid-19, pero Héctor Ramírez, además, observó esa falencia en el porcentaje asignado al sector de cultura que, según sus cálculos, es de solo 1,91 por ciento.

El debate más álgido frente a las posibles debilidades ocurrió entre Alexander Cobo, como opositor del Gobierno, y Narciso Eduardo Matus, fiel a las políticas de Juan Guillermo Zuluaga. El primero pidió votar en contra el Plan de Desarrollo, mientras Matus expresó que no había ninguna debilidad, salvo la presupuestal, por la crisis previamente mencionada.

Las razones de Cobo para sugerir el voto negativo fue la no inclusión de la política pública cultural, documento formulado en el Gobierno anterior, pero que no fue tenido en cuenta, y que, según él, la estructura del Instituto de Cultura del Meta ha sido siempre un modelo de derroche de dinero. Además, porque consideró que las metas fueron establecidas para favorecer a contratistas y porque, según su parecer, los proyectos del museo, la escuela de artes y oficios y el observatorio son alertas de desangre financiero, y este último, expresó, puede ser “bueno o malo”. Sin embargo, varios invitados, entre ellos Sandra Rojas, dio su aprobación a los proyectos mencionados.

Pero la postura de Cobo frente al Plan de Desarrollo coincidió en cierta parte con la opinión del escritor Nayib Camacho, quien repitió en diferentes ocasiones que los planes de desarrollo son el “marco legal para ajustar el presupuesto a los contratistas” y que el documento, por lo general, siempre es una novela de ficción, pero de las malas, porque afecta a todos, con una cultura manejada con un modelo neoliberal que “lo único que permite son las bisagras de la corrupción”.

Narciso Matus respondió que votar negativo la cultura en el Plan de Desarrollo es condenar al sector a no tener presencia en los próximos cuatro años, y que la política pública fue entregada de manera acelerada y debe ser actualizada.

“Este gobierno lleva cinco meses, de ellos, dos meses y medio atravesando una pandemia, hay que darle oportunidad de ser, hay que dejar que el Gobierno crea y se desarrolle. Nos ponen unas alertas, crear la Escuela de Artes y Oficios, y se limitan a decir, Alexander, que puede ser buena o puede ser mala, eso es como el refrán del armadillo subido en un palo de coco, ni me subo ni me bajo ni me quedo aquí tampoco, igual con los del observatorio cultural”, agregó, tras responderle al escritor:

“No puedo dejar pasar que no podemos caer en el argumento fácil de los lugares comunes sin pruebas y sin argumentos: cultura neoliberal, que van a robar el presupuesto, no necesidad del Estado, etcétera, que hacen parte de un lenguaje florido, pero decadente, no lo puedo aceptar, bajo ninguna circunstancia”.

 

 Lo positivo

Respecto a las virtudes encontradas en el proyecto de Plan de Desarrollo, fue reconocida la participación de la comunidad, las mesas de trabajo realizadas en todo el departamento; la relación con las políticas de la Unesco y del Plan de Desarrollo Nacional; el enfoque rural, que permea la cultura; la contemplación de los objetivos de desarrollo sostenible y la inclusión de la cultura ciudadana.

“Es un Plan de Desarrollo que tiene una visión amplia, abierta, con una modernidad identificada, pero también con muchas intenciones de promover el arte y la cultura en nuestra identidad, que es la llanera, expresó Francisco Cortés, presidente de Asoartmeta.

Nino Matus, por su parte, expresó que el Plan de Desarrollo “reconoce la diversidad cultural y se propone la conservación de esta como identidad cultural del Meta a partir de las costumbres, el arte en todas sus manifestaciones y el folclor. Tres, busca llevar a la vida contemporánea y universalizar los valores culturales metenses en todos sus componentes”.

En el último bloque del foro, los participantes compartieron algunas propuestas, pero la que más acogida tuvo fue la de la implementación de un programa de estímulos con los recursos que estaban destinados a la realización de festivales folclóricos. Estas fueron las propuestas, según cada uno de los panelistas:

 

 Javier Alonso Ballesteros, vicepresidente de la asociación Artistas y Músicos Sindicalizados del Meta (Musasmet).

 

Crear un semestre sabático, subsidiado y dirigido a los artistas, para la realización de productos culturales y el fortalecimiento de la economía naranja.

Analizar cómo se están distribuyendo los subsidios, que los Gobiernos no vean a los artistas como las Cenicientas o el patio trasero, sino como el canal principal, que genera, además de cultura, folclor, dinamismo, vida y progreso.

 

 Alexander Cobo, gestor cultural y representante del movimiento El Meta se respeta.

Destinar los recursos que se iban a utilizar para la realización de festivales en el departamento del Meta, entre ellos el Torneo Internacional del Joropo, así como los dineros de la vigencia 2020, al fortalecimiento del programa de estímulos, que ya existe en el Instituto de Cultura del Meta, y realizar una convocatoria pública departamental para todas las áreas de la cultura.

Implementar la Política Pública de Cultura, la cual fue formulada en el Gobierno anterior, sin ser tenida en cuenta en el actual.

 

Francisco Cortés, presidente de la Sociedad de Artistas del Meta (Sodeartmeta). 

Reforzar la economía naranja en el departamento del Meta.

Destinar los recursos de las festividades a la promoción de artistas y la activación cultural virtual y en redes sociales.

Mejorar la participación de artistas locales en los eventos culturales.

Implementar un programa de estímulos culturales, pero de manera más equitativa y directa.

Apoyar la creación de un semestre sabático, subsidiado, para la creación de productos culturales.

 

Evitar que los dineros del Torneo Internacional del Joropo se desvíen hacia otras inversiones diferentes al tema cultural.

 

Héctor Ramírez, gestor cultural y director del colectivo de artistas Total Art.

Crear el ‘Manifiesto de cultura del Meta’, en el que se incluya el desarrollo de contenidos cortos culturales de manera virtual, se busquen reflexiones nuevas y propuestas innovadoras en creación, formación y circulación para todas las áreas de la cultura, a través de encuentros y concursos virtuales.

Priorizar y organizar el apoyo a creadores.

Realizar el Primer Encuentro Virtual de Cultura.

Hacer una reingeniería al Instituto Departamental de Cultura del Meta.

 

Narciso Eduardo Matus, promotor cultural cercano al gobierno de Juan Guillermo Zuluaga.

 

Apoyar la creación de estímulos culturales.

Dejar sentadas las bases de un verdadero plan de acciones para el desarrollo cultural del departamento del Meta, visto desde el plano de formación personal y social, que abra espacios para modificar todas las expresiones, pero que también que sirva para definir una ruta para crecer hasta la mayoría de edad al joropo en todas sus manifestaciones.

Estructurar una política de fomento de desarrollo y promoción de la cultura en dos áreas: una; conservación y promoción patrimonial y folclórica; y dos, fomento, promoción y desarrollo de la diversidad de expresiones culturales y universales.

Apoyar el traslado del Instituto de Cultura del Meta al municipio de San Martín de los Llanos, por ser este territorio el de mayor símbolo de formación de la cultura del Meta, según la historia.

 

Diego Fernando Rojas, gestor cultural y consejero territorial departamental del Planeación.

Redireccionar los recursos del Torneo Internacional del Joropo hacia la creación de un reconocimiento monetario a los artistas y los gestores culturales del departamento del Meta, y que este sea entregado de manera directa y democrática, como reconocimiento a su labor y con base en una tabla de valores, según características específicas del artista y su oficio.

 

 Nayib Camacho, filósofo, escritor y docente universitario.

Permanecer encerrados y crear, esa es la obligación moral y ética de un artista.

Crear canales digitales como medios de expresión para los artistas.

No tratar de encontrar trampas para ver cómo sacan el presupuesto, o ver cómo se hacen videítos para enseñar a maquillarse, como están haciendo por ahí.

Reconocer que a través de los medios virtuales es posible la formación, incluso más importante que la presencial, a través del conocimiento de expresiones culturales, de música, de escultura, del arte digital…

Desarrollar una acción cultural que permita la creatividad e identificar cómo van a ser las nuevas relaciones con el entorno tras la pandemia.

No seguir con el modelo neoliberal de la economía naranja, que lo único que permite son las bisagras de la corrupción.

 

Sandra Rojas Guevara, licenciada en artes plásticas y representante del Meta en el Consejo Nacional de Cultura.

Apoyar la creación del ‘Manifiesto de cultura del Meta’.

Reactivar canales digitales en los que se visibilice y se ponga en venta el trabajo del artista.

Desembolsar los dineros del Estado para el área cultural.

Reinvertir los recursos del Torneo Internacional del Joropo en una convocatoria pública de procesos de formación, creación e investigación cultural.

Al término de la crisis sanitaria, crear la estrategia ‘Una oda a la vida del Meta’, para la reactivación de las galerías, con sus respectivas exposiciones, decoración de murales en los municipios, danza, baile, música, teatro…

Crear bolsas de trabajo para los artistas, por área y con base en los censos recogidos.

Crear becas, premios y pasantías, por áreas y con remuneración económica.


Clic para descargar las memorias y toda la trascripción del foro ‘Una mirada crítica al futuro de la cultura del Meta’.

 

 

 


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