Walter, Cholo, Cachi y D’artagnan hablan de los niños como la esperanza del joropo

El joropo es como la libertad de un niño en el Llano

Diciembre 5 de 2020

Con la música de un grupo infantil y juvenil de intepretación de bandola llanera, dirigido por Gildardo Cruz, como telón de fondo, y la participación de los músicos y folcloristas Walter Silva, Cholo Valderrama, Jhon Harby Ubaque, Cachi Ortegón y la escritora María Teresa Barreneche, se llevó a cabo hoy el conversatorio ‘El joropo y los niños (as)’, en desarrollo del Festival Llanero de Villavicencio, actividad moderada por la periodista María Jimena Dussan y que fue transmitido desde el Parque Los Fundadores, a través de redes sociales.

Walter Silva responde una de las preguntas formuladas por los niños. Foto: Óscar Fabián Bernal.

Durante el diálogo, que se extendió durante dos horas, se concluyó que la música llanera no fue creada pensando en la niñez, sino en la libertad que puede encontrar un niño en el Llano, como lo hizo la mayoría de los artistas y folcloristas invitados, antes de alcanzar el reconocimiento.

Para el cantante Walter Silva, la música llanera fue concebida para todas las edades, pero se engrandeció con los niños y ha encontrado en ellos un cajón de resonancia. Lo mismo considera el cantautor Orlando ‘Cholo’ Valderrama, quien señaló que la comercialización del folclor ha conducido a que el pasaje de despecho se filtre en los menores. “He visto a niños de seis años diciendo, usted me va a perdonar”, esto en referencia a la canción de Reynaldo Armas.

Niños y niñas presentes tuvieron la oportunidad de formular algunas preguntas a los invitados. En la foto, Cholo Valderrama y D'artagnan. Foto: Alcaldía de Villavicencio.

El Cachi Ortegón retomó el concepto del llano como tierra encantadora y de libertad, propicia para la formación de los niños gracias a la comunión con la naturaleza. “A nosotros como cantores se nos olvida que fuimos niños llaneros, creo que tenemos que volver a mirarnos como ese niño llanero que criamos en nuestros hijos o al queremos en nuestros nietos”, reafirmó.

Un grupo infantil y juvenil de interpretación de bandola llanero, a cargo de Gildardo Cruz, realizó una presentación como antesala y epílogo del conversatorio. Foto: Óscar Fabián Bernal.

Jhon Harbey Ubaque, conocido como D'Artagnan, le puso un toque crítico al conversatorio y retomó la frase de la comercialización del folclor, para poner sobre la mesa la hipótesis de que ese ha sido el detonante para quitarle fuerza o suavizar la música llanera, que por sí misma, asegura, es contundente, significa el agradecimiento del hombre a su entorno y no necesita de embajador para conquistar el mundo. Se preguntó, además, poniendo como ejemplo al vallenato, si estilizar las músicas trae beneficio o peligro. Recordó, además, una reciente experiencia vivida en Veracruz (Cumaral-Meta). Allí conoció a varios jóvenes afrodescendientes nacidos en los Llanos, pero que demuestran un sabor o un swing diferentes a la hora de bailar joropo o aquel chico que tomó un tambor de manera espontánea para interpretar música llanera, como una simbiosis al natural.

El conversatorio se realizó en el parque Los Fundadores de Villavicencio, pero fue transmitido por redes sociales. Foto: Óscar Fabián Bernal.

“Ese niño puede ser un músico que nos enseñe a tocar un nuevo joropo y a él le va a salir natural. Puede pasar, ese trabajo lo van a hacer las nuevas generaciones y ojalá que eso pasará, pero sin que afecte negativamente”, enfatizó D'Artagnan, quien también sugirió una política de Estado para usar la música llanera en campañas sociales y a favor del medioambiente, difundirla en emisoras comerciales y para proteger a los niños de la mala influencia que traen consigo las letras de otros géneros musicales. Incluso, la periodista María Jimena Dussan, como moderadora, fue concreta al señalar, por ejemplo, el mal ejemplo que ejerce la música de Maluma en los más pequeños.

El término de influenciador fue aprovechado por Walter Silva para pedirles a quienes generan contenido en redes sociales y “que andan publicando bobadas a ratos”, como el caso de Don Oráculo, para que incentiven de otra manera a los niños y jóvenes, quienes también consumen esa información. “Échenle un cuentico (llanero) a los niños de vez en cuando”, agregó el casanareño, quien considera que el único límite de un niño cantador es cuando siente que sus letras pueden estar hiriendo a otra persona.

El cantante llanero Walter Silva y la escritora María Teresa Barreneche. Foto: Alcaldía de Villavicencio.

Orlando ‘Cholo’ Valderrama habló de la estigmatización hacia los llaneros. Para él, el hombre de llano no es machista ni tomatrago como se le ha querido proyectar. “Las telenovelas pintan a un llanero siempre con un litro de aguardiente y una pistola echando plomo, y eso no es así, nosotros queremos a la mujer y somos felices con los niños”, ratificó.

Ambos cantantes adelantaron que durante la pandemia han trabajado en propuestas dirigidas a los niños, como un libro para colorear, pensado por Cholo Valderrama para invitar al cuidado y al amor por los animales de la sabana, o una ronda infantil llanera que grabará Walter Silva, producto inspirado por su hijo de cuatro años y cuyo objetivo es incentivar el uso del tapabocas y los cuidados de bioseguridad en los pequeños, también con la fauna llanera como protagonista.

María Jimena Dussa, Cachi Ortegón y Walter Silva. Foto: Óscar Fabián Bernal.

La escritora María Teresa Barreneche, invitada al conversatorio, también aprovechó para promocionar su libro ‘El llano es un cuento’, proyecto que nació tras identificar que sus hijos y los amigos de ellos, quienes pese a haber nacido en el Llano, no conocían muchas especies de la fauna llanera. Personajes como la chigüira Mila, plasmados en su libro, han logrado vender más de mil ejemplares literarios.

Orlando 'Cholo' Valderrama sostiene en sus manos el libro 'El llano es un cuento', de María Teresa Barreneche.

Durante el conversatorio, también se habló de mitos y leyendas, el más reconocido en la tierra llana, explicaron, principalmente para los cantantes y los copleros, es ‘Florentino y el Diablo’; se reconoció al Joropódromo como un hito en la historia de la danza llanera, pero que necesita cambios para fortalecerlo, para que la hora, el recorrido y las circunstancias climáticas no afecten a los niños; vinieron las preguntas de los pequeños y los consejos de los maestros.

—Ustedes niños son la esperanza de nosotros, del folclor llanero; el joropo tiene tantas vidas como tantos niños se interesen en él —dijo Walter Silva.

—De acuerdo —complementó Cholo Valderrama—, no importa que no canten, que no compongan, pero siéntanse orgullosos de ser de acá, del Llano, porque oyendo a estos niños, puntualizó Cachi Ortegón, “habrá joropo para rato y llano para siempre. Esto será eterno”.