Críticas a primera convocatoria de estímulos culturales: cuestionan transparencia y montos de la convocatoria
30 de septiembre de 2024
El pasado jueves 26 de septiembre, la Corporación Cultural Municipal de Villavicencio (Corcumvi) publicó la primera fase de la convocatoria de estímulos para las áreas de danza, música y artesanías. No obstante, fue solo el domingo 29 de octubre cuando la noticia se hizo oficial a través de un video en el que el alcalde anunciaba la entrega de 62 estímulos destinados a beneficiar a 250 artistas, con un presupuesto total de 190 millones de pesos.
Lejos de generar entusiasmo, el anuncio desató una ola de críticas por parte de la comunidad artística local. Diversos artistas expresaron su inconformidad y señalaron varios aspectos problemáticos: los bajos montos de los estímulos y el breve periodo de tiempo para postularse, ya que las inscripciones se abrieron el 26 de septiembre y cerrarán el 2 de octubre, lo que brinda apenas seis días para participar.
Según la
convocatoria, en el área de danza se seleccionarán coreografías con un mínimo
de 10 bailarines, mientras que en música se elegirán grupos de al menos 5
integrantes. Estos últimos deberán realizar dos presentaciones.
Sin embargo,
los estímulos para ambos sectores son de tan solo 5 millones de pesos; es
decir, cada integrante recibiría apenas $500 mil. Y en el caso de los
artesanos, los estímulos ascienden a solo un millón de pesos.
Estos montos han sido calificados como insuficientes por los artistas, quienes también señalan que, tras aplicar la retención en la fuente, la cifra se reduce aún más.
En la primera fase se entregarán estímulos a danza, música y artesanías. |
«Me parece
fatal que con ese valor tengamos que hacer dos presentaciones por apenas cinco millones de pesos,
menos descuentos», comentó un músico local, lo que refleja un descontento
generalizado.
Además,
los plazos tan ajustados han despertado sospechas sobre la transparencia del
proceso. «Desde el
jueves salió la convocatoria y esperan unos días para hacerlo público, me
imagino que para hacer filtro», agregó el artista, sugiriendo que la falta de
tiempo para difundir la convocatoria beneficia a ciertos sectores vinculados
con la administración local.
Esta
percepción de favoritismo es un reclamo recurrente: «La Alcaldía da una publicidad
mediocre porque prefieren que se inscriban los de la rosca del Alcalde», añadió
un participante del sector cultural.
Otro aspecto
que ha generado preocupación es la distribución de los cupos. En la
categoría de música, por ejemplo, se destinan 15 estímulos para artistas de
música llanera y solo cinco para otros géneros musicales.
Esta
diferencia ha sido vista como una forma de segmentar a los artistas, lo que genera
una competencia interna que algunos consideran injusta. «Nos estamos peleando
por los cupos. Hay una clara preferencia por los llaneros, lo que deja poco
espacio para los demás géneros», explicó un músico.
Asimismo,
algunos han criticado la falta de originalidad en los lineamientos de la
convocatoria, asegurando que estos fueron copiados del Ministerio de
Cultura sin adaptaciones locales. «Esta convocatoria tiene los mismos
lineamientos del Ministerio de Cultura, no hay propiedad intelectual. Lo que
hicieron fue copiar y pegar, cambiaron dos cosas y ya», afirmó una artista, quien
cuestiona la capacidad de Corcumvi para gestionar este tipo de convocatorias
con identidad propia.
Además de
estas críticas, algunos artistas señalan un posible uso instrumental de los
estímulos. Comparan esta situación con la ocurrida en el Instituto de
Cultura del Meta cuando estuvo bajo la dirección de Camila Arizmendy, donde los
estímulos fueron utilizados para cumplir más de un objetivo del plan de desarrollo.
Según
denuncias, artistas que ganaron estímulos fueron posteriormente seleccionados
para participar en eventos como el Torneo del Joropo, lo que permitió a la
administración cumplir con varias metas simultáneamente. En el caso de
Corcumvi, algunos temen que los ganadores de música y danza podrían terminar
participando en el Festival Llanero, replicando este mismo patrón.
La directora de Corcumvi, Lucila Gómez, aún no se han pronunciado oficialmente frente a estas críticas, aunque destacó en un comunicado de prensa que "esta iniciativa es el resultado de las conversaciones sostenidas con diversos sectores artísticos y culturales en las sesiones de diálogos abiertos, cumpliendo así las metas del plan de desarrollo".
No
obstante, la situación refleja una desconexión entre las expectativas del
sector artístico y las políticas públicas culturales. Esto genera dudas sobre
la eficacia y la transparencia en la asignación de estímulos. Para muchos,
estas iniciativas, lejos de promover el desarrollo cultural en Villavicencio, erosionan
la confianza en las instituciones encargadas de gestionarlas.
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