¿Quién es el vándalo? (opinión)
Septiembre 3 de 2025
A través de un comunicado de prensa, el alcalde de
Villavicencio, Alexander Baquero, calificó de manera implícta como «vándalos» a los grafiteros que
intervinieron uno de los murales del subnivel del puente de Alkosto con la
frase «Pa’ cuándo el agua?». Una pregunta incómoda, que refleja la
indignación ciudadana por la crisis de agua que golpea a la capital del Meta
desde hace meses. Pero, en lugar de reconocer el trasfondo social y político de
ese mensaje, el mandatario prefirió criminalizarlo y estigmatizar a los
artistas, invitando a la ciudadanía a denunciar lo que él llama «actos de
vandalismo».
![]() |
Alexander Baquero, Alcalde de Villavicencio. De fondo, grafiti con el que le piden solución al problema del agua en la ciudad. Foto: Óscar Fabián Bernal. |
El problema es que esa reacción no solo evidencia una
incomodidad con la crítica, sino también una peligrosa costumbre: reducir las
expresiones de inconformidad a simples problemas de orden público. Lo que el
alcalde llama «vandalismo» es, en esencia, una manifestación política, propia
del grafiti, un recordatorio incómodo de que su administración no ha logrado
dar soluciones claras a la crisis. Y peor aún, la narrativa de algunos medios de comunicación terminó por reforzar ese discurso oficial, agregando datos falsos: que el
mural costó 600 millones de pesos, que se había hecho hace apenas mes y medio, cuando
en realidad la obra fue realizada en 2023, en el gobierno anterior y a un costo
menor. Pero la mentira ya había hecho su trabajo: legitimar la postura débil
del alcalde.
El argumento central para tachar de «vándalos» a los
artistas es que intervinieron una obra previa y que había recursos invertidos
en ella. Sin embargo, la frase cubre solo una fracción mínima del diseño, y lo
verdaderamente irónico es que esa misma pieza, el mural entero, ya está
programado para ser reemplazado en poco más de un mes, como parte de un
circuito muralístico promovido por la Alcaldía y Corcumvi. Es decir: el mismo
gobierno que hoy los señala de destruir una obra, planea cubrirla con pintura
en cuestión de semanas. ¿Entonces cuando la Alcaldía y Corcumvi den la orden de
pintar sobre los murales existentes, también se auto calificarán de vándalos?
Esta no es la primera vez que Baquero cae en esta contradicción. Desde que llegó a la administración se ha encargado de pintar de gris el trabajo de varios artistas callejeros, solo con el argumento de «embellecer», y quien se oponga, entonces es un bodeguero… lo repite y lo repite cada vez que puede. Hace algunos meses, por citar otro ejemplo, ordenó eliminar un mural en la fachada de la Alcaldía, el cual formaba parte del proyecto Rostros de Ciudad, financiado con recursos públicos, y en el que estaban representados la escritora Silvia Aponte, el líder indígena Reinaldo Suárez y un niño afrocolombiano (Ver imagen 2).
![]() |
Imagen 2. Este mural, pagado cn recursos públicos, formaba parte del proyecto Rostros de Ciudad, el cual fue borrado por la Alcaldía. |
Esas decisiones sí constituyen actos de censura, golpes directos
a la memoria y al arte. Por eso la pregunta es inevitable y urgente: ¿quién es
el verdadero vándalo aquí, los artistas que reclaman agua con una frase
pintada, o el mandatario que manda a borrar murales, silenciar voces incómodas
y criminalizar el arte callejero?
0 Comments :
Publicar un comentario