Objetos
de antaño y de colección vuelven al ‘cuarto’ de los recuerdos
Diciembre 6 de 2016
Antigüedades, vajillas precolombinas y hasta un arma de la que se dice perteneció a Guadalupe Salcedo hacen parte de los objetos
de colección de Gerardo Cadavid, elementos de antaño que volvieron a quedar
arrumados luego del cierre de la llamada Casa Museo Cadavid, en el parque
infantil de Villavicencio.
Cuadros de diferentes artistas locales adornaban paredes y techo de la Casa Museo Cadavid. Foto: Agenda Hoy. |
Este era el tercer intento para levantar un museo urbano,
un espacio de historia y tertulia, de arte y copas… El sueño de Cadavid, fotógrafo
y pintor, se estancó. Desde hace 28 años, cuando compró en un mercado de pulgas
una vieja silla, se preguntó por qué no hacer un museo con cuadros hasta en el
techo, y sí, en esa casa había pinturas en los cielorrasos. Lo que no pudo fue
sostenerlos.
Las puertas cerraron hace dos semanas. Desde hacía 30
días atrás ni un alma entraba. Algunos dicen que los rezos provenientes de un
convento ubicado justo en frente del lugar espantaron a bohemios, turistas y
mochileros que alcanzaron a llegar al sitio para disfrutar de una cerveza
mientras escuchaban de buena música, clásicos de la salsa o baladas americanas.
Según Cadavid, entre los objetos exhibidos había elementos
de las culturas indígenas Guayupe, San Agustín, Muisca. En las vitrinas también
reposaban armas de la época Republicana y una de las que pertenecieron al guerrillero
liberal Guadalupe Salcedo, obsequio que le entregó la escritora Silvia Aponte
en vida. Eran dos pisos de obras, de pinturas, de cuadros en paredes y rines de
bicicletas hechos arte. Un balcón para seis personas, con una grandiosa vista.
Él mismo la levantó con bigas en madera, de una manera artesanal.
Quienes visitaron el lugar pudieron ver hasta obras de Germán
Tessarolo, el primer esposo de Amparo Grisales. Pinturas firmadas por artistas
locales y un tesoro para el dueño, el cuadro que realizaron de manera colectiva
13 artistas, entre ellos Macosta y Roa Iregui, mientras la escritora Silvia
Aponte leía sus cuentos.
“Es una obra valiosa, me han ofrecido dinero por ella.
Desde el 2002, que se hizo, hasta el momento, está aquí y estará hasta que yo
viva, se hizo con un cariño y arraigo, es una obra que se siente mucho. Yo
pienso que no se volverá hacer una obra así, sin interés. Es más el valor
artístico y sentimental, que comercial”, explica Cadavid.
Antes de abrir sus puertas en el parque infantil, la Casa
Museo Cadavid estuvo en donde hoy funcionan los restaurantes Bastimento y Samán
del parque, casas emblemáticas y patrimoniales de Villavicencio.
¿Y no piensa vender los objetos? “Si no se los llevan
todos, no, es todo o nada”, concluye.
Andrés Molano Téllez
Director Agenda Hoy
Es algo triste que este tipo de lugares se cierren. Considero que por supuesto se debe en gran medida al desinterés que todavía prevalece en nuestra ciudad por este tipo de actividades, pero además hay un problema grande con la difusión de actividades culturales y lugares de cultura en la ciudad. Muchos no nos damos por enterados. Sería bueno encontrar estrategias para alcanzar un mayor público, no sólo teniendo en cuenta la red social facebook, ya que algunas personas no tienen una cuenta o no le usan mucho.
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