Juanes, el más ovacionado en Puerto gaitán
Enero 9 de 2018
Con un repertorio de ventiún canciones, Juanes salió
ovacionado ante miles de personas que llegaron el domingo pasado a la tarima principal del Manacacías Festival
de Verano de Puerto Gaitán (Meta).
El concierto arrancó unos minutos después de la media
noche, cuando el artista apareció como salido de otro planeta en un escenario
en el que se veía llegando de una nave espacial. Así aparecía en las pantallas.
En medio de las luces, Juanes empuñó su guitarra y la fiesta empezó con ‘A Dios le pido’. Siguieron temas como ‘Fuego’ y ‘Hermosa ingrata’, antes de que el artista saludara a miles de asistentes que llegaron de diferentes rincones del país.
“Oíganme, que alegría tan verraca estar aquí por primera
vez, muchachos, gritó el paisa, muchísimas gracias a todos por esta oportunidad
tan bonita de encontrarnos esta noche a través de la música. Estaba soñando con
este momento, bienvenidos, y esto apenas comienza, llavecita”.
Los ánimos subieron y su nombre se coreaba al unísono. El
artista continuó con ‘Nada valga sin tu amor’, ‘Fotografía’ y ‘Es por ti’.
Para ese momento la interacción con el público iba en aumento. “Yo quiero saber
si esta noche estás conmigo, Puerto Gaitán”, gritó. Se quitó la chaqueta y sus
admiradoras enloquecieron.
Interpretó ‘Ángel’ y, antes de continuar, dijo que,
finalmente, su nave había aterrizado en Puerto Gaitán, que era imposible estar allí, como
si hubiese recordado que en el pasado había prometido no llegar a la perla del
Manacacías. Volvieron los saludos, preguntó por los villavicenses. “Cuánta
gente de Villavo por acá, agregó, por allá estuve esta tarde, muy bonita la
ciudad, está muy bonita, pero bueno, yo vine a decirles una cosa y ya, esto que
les quede claro, que desde este momento en adelante mis planes son amarte esta
noche y todas las noches hasta el resto de la eternidad”.
En la zona platino, la etiqueta quedó a un lado. Los
invitados especiales, entre ellos el alcalde de Villavicencio Wílmar Barbosa,
quien llegó con un gran número de familiares y amigos, saltaba y bailaba junto
con su esposa Dufay. A dos palcos de allí, el Ministro de Agricultura y
exalcalde de Villavicencio, Juan Guillermo Zuluaga, observaba la gran
presentación de Juanes y prendía uno que otro cigarrillo. El exalcalde y actual
mandatario no estrecharon sus manos, pero se gozaron la fiesta.
Juanes siguió el show. Cantó ‘El ratico’, ‘Es tarde’, ‘Perro
viejo’, ‘La tierra’, ‘Para tu amor’, ‘La paga’, ‘Mala gente’ y le rindió un
homenaje al Joe Arroyo con ‘La noche’, a Soda Estéreo con ‘Cuando pase el temblor’ y a Juan Gabriel con 'Querida'. Incluso, se arrodilló tras su interpretación.
El artista recordó que compuso 'La tierra', en 1997, cuando
hacía parte de la agrupación Ekhymosis. En ese momento, afirmó, “estaba soñando en cómo sería
si pudiéramos vivir todos en un país unidos, muchachos, es posible o no, es
posible, cierto, por lo menos a través del arte y de la música nos podemos
encontrar, no importa lo que pensemos cada uno, pero nos podemos encontrar, por
lo menos en la música y eso es una belleza”.
Sus últimas canciones fueron ‘Me enamora’, ‘La camisa
negra’, ‘Volverte a ver’ y cerró con ‘La Luz’. Incluso, pidió a los asistentes
que prendieran sus celulares para ver la multitudinaria asistencia. El
escenario se iluminó, volaron pequeños papeles que taparon por unos segundos al
artista, a sus músicos y los asistentes de primera fila.
“Mi felicidad no cabe en mi corazón. Yo quisiera ver
cuánta gente vino esta noche al concierto y quisiera que cada uno de ustedes
saque el teléfono y ponga su lucecita para ver cuánta gente vino esta noche al
show. Dónde está Puerto Gaitán, Villavo, el departamento del Meta, vienen de Bogotá, también, oiga, saben qué, Bogotá es una nota de ciudad y el que no ha ido a Medellín
no sabe de lo que se está perdiendo”.
Una vez más,
Juanes se arrodilló antes su público, esta vez, mientras sus músicos se
inclinaban en agradecimiento. El show había terminado.
“Se lució, Juanes se lució” se escuchó a lo largo del
malecón que adorna a orillas del río Manacacías, testigo de un festival que
brilló por lo alto.
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