Casa Mujer
Mayo 16 de 2019
Escritor
araucano quiso rendirle un homenaje a su esposa y con apoyo de la artista
Patricia Valdivieso, de Villavicencio, construyó esta bella casa en Chocontá
(Cundinamaca).
Edmundo Díaz y su esposa Águeda Rincón, en Casa Mujer, ubicada en Chocontá. Fotos: Óscar Bernal / Agenda Hoy. |
Cuando
el escritor araucano Edmundo Díaz Colmenares habla de su esposa le brillan los
ojos, la ama tanto que construyó una casa con forma de mujer cuyo rostro
conserva varios de los rasgos de su amada Águeda Rincón, también araucana y con
quien lleva 39 años de casado.
El
proyecto arquitectónico y escultórico fue llamado Casa Mujer, tiene 26 metros
de longitud y 115 metros cuadrados de área construida, desde la cabeza hasta
los pies, y el terreno en el que se encuentra fue bautizado como Villa Águeda,
de dos hectáreas y 800 metros, en zona rural del municipio de Chocontá
(Cundinamarca) y a 1.500 metros de la represa del Sisga, sobre la autopista
Bogotá-Tunja.
La
idea de rendirles un homenaje a su esposa y a todas las mujeres tomó fuerza
aquel día en el que observó un documental en televisión acerca de un hombre que
había construido en Italia, quizá en la ciudad de Florencia, recuerda, una casa
con silueta de mujer, pero levantada de forma vertical.
“Yo
quiero construir una casa pero quiero hacerla funcional, una casa de pie no es
conveniente, porque imagínese una habitación en los pies y otra dependencia en
la cabeza. Dije, hay que acotar la mujer y colocarla en una posición que
refleje su sensualidad y belleza. Creo que en esta construcción lo hemos
logrado”, explicó Díaz, quien además buscó un terreno cerca de una pendiente
para que desde lo más alto se observara con facilidad la obra. Hacerla en los
Llanos Orientales tampoco era viable desde esa perspectiva.
Luego
de pagar algunos avisos clasificados en busca de expertos en construcción, de
golpear las puertas de varios arquitectos, tres de los cuales fueron
contratados sin entregar resultados, la meta de construir la casa se iba
haciendo incansable.
“¿Pero
si se trata de una obra de arte, por qué no ir en busca de un artista?”,
preguntó su hermana. Fue así como a través de la escritora Silvia Aponte
(q.e.p.d.), amiga de la casa, contactaron a la escultora Patricia Valdivieso, de Villavicencio, a
quien entregaron la idea y algunos bocetos hechos por la misma pareja de
esposos. La artista tomó fotos de la mujer y antes de iniciar el proceso
realizó una maqueta de silueta femenina —con detalles en cabeza, busto y pies—,
cuyas características faciales, mentón, boca y nariz, eran muy similares a las
de la señora Águeda, la amada del escritor.
Para
la construcción, que duró dos años —de septiembre de 2014 a septiembre de
2016—, se utilizaron, entre otros materiales, bloques de arcilla, ladrillo y un
sistema de entrepiso conocido como placa fácil.
“La
posición en la que está la mujer es sensualidad, sabemos que es el ser más
hermoso y bello que hay sobre la tierra, de la mujer venimos y hacia la mujer
vamos inexorablemente. Nuestra felicidad, en los ratos más dichosos de nuestra
existencia, está al lado de la mujer, junto a ella, y la mujer es nuestra
esposa, nuestra madre, nuestra amiga, nuestra hija…”, expresa Díaz, como quien
recita una poesía, su poesía. Pero también, agrega, “esta casa es una especie
de embajada de nuestra tierra araucana, la que siempre llevamos en nuestro
corazón, en nuestros sentimientos, en nuestras emociones más íntimas, una
tierra que nos lo dio todo”. Incluso, empezaron a construir a un costado de la
casa una fuente con la forma del mapa araucano.
Al
interior de la vivienda hay cuatro habitaciones, dos baños, sala, comedor,
cocina y estudio, este último está ubicado justo en la cabeza de la escultórica
mujer, zona de conocimiento en la que tienen en mente fundar la Biblioteca
Silvia Aponte, en homenaje a la autora de Las 'Guajibiadas'. El mobiliario,
bellamente construido en pino ciprés, es también un homenaje a la mujer, las
sillas son arte puro, labradas de tal forma que ahora reflejan la desnudez
femenina, su fertilidad, el amor y hasta el dolor que algunos hombres les han
causado a muchas de ellas. Del techo cuelgan dos lámparas hechas con raíces de
pino, que caen desde los pechos de la escultura y que guardan similitud con los
ductos lactíferos del sistema mamario.
Además
de ser un homenaje a la mujer, Villa Águeda se ha convertido en un sitio
cultural y turístico. A pocos metros de la casa principal construyeron dos
cabañas en madera a las que llegan turistas de diferentes rincones del mundo. Se
han adecuado tres senderos para disfrutar de caminatas a través de un bosque de
pino de espesa niebla en las mañanas, hay parque infantil, cancha de fútbol y
servicio de alimentación con platos a la carta.
Sin
duda alguna, Casa Mujer es un sitio que inspira, “una obra de la cual nos
sentimos orgullosos, un trabajo que ningún otro colombiano ha hecho. Algún día
uno tendrá que encontrarse con la tierra y volverse tierra entre la tierra,
pero dejaremos este testimonio artístico único en Colombia”, expresa el hombre
que da su vida por Águeda, la mujer que inspiró la bella casa de Chocontá, una
pequeña embajada llanera.
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