Fue rescatado por la Policía Ambiental
Marzo 29 del 2020
Mientras Villavicencio continúa con las medidas de aislamiento
preventivo para contrarrestar la propagación del covid-19, en los barrios más
cercanos al piedemonte llanero se ha registrado un mayor número de avistamientos
de animales silvestres.
Ese es el caso del barrio Teusaquillo, muy cerca de
Montecarlo Alto, donde ayer fue visto un oso perezoso merodeando la zona. El
animal estaba trepado a un árbol, justo en frente de unas viviendas, mientras
algunos perros le ladraban insistentemente en señal de alerta.
La comunidad evitó un posible ataque, alejó a los caninos
y resguardó al perezoso antes de que la Policía Ambiental llegara al lugar para
su rescate. En principio, le iban permitir al animal trepar a uno de los árboles
más adentro del bosque, pero detectaron una afectación en sus
extremidades y tomaron la decisión, según testigos del avistamiento, de trasladarlo
al Bioparque Los Ocarros para su observación.
Agenda Hoy se comunicó con profesionales del Bioparque Los Ocarros, quienes confirmaron que con el acompañamiento de Cormacarena el oso fue recibido esta mañana (domingo 29 de marzo) y que será valorado en las próximas horas. Además, recibirá atención médica y nutricional. Aunque es muy prematuro establecer el estado de salud del animal, se pudo observar que, al parecer, habría sufrido una descarga eléctrica al intentar movilizarse por la cuerdas eléctricas del barrio.
El oso perezoso tuvo una reacción amigable con uno de los habitantes. Luego fue rescatado por la Policía Ambiental |
Leandro Hernán Barrera, uno de los residentes del Teusaquillo,
explica que anteriormente los perezosos se veían con más frecuencia en la zona,
“pero como el barrio ha ido creciendo, ya no es lo mismo”. Incluso, asegura que
eran frecuentes los avistamientos de puercoespines y osos palmeros.
Además del oso, diferentes especies de culebras suelen aparecer
en los patios y solares de las viviendas. Al principio se generaba pánico, pero
la comunidad ha ido aprendiendo a manejar los eventos, sin expandir el miedo ni
afectar la fauna.
Es difícil determinar si el oso perezoso se acercó al
notar la reducción de personas en la zona o si estaba en busca de alimento, lo
cierto es que las características topográficas del lugar aún permiten estas
maravillosas experiencias de contemplación, que ahora son más evidentes en esta
etapa de aislamiento.
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