¿A qué estamos obligados como periodistas?
Abril 3 del 2020
En el escenario de lo humano todo es cuestionable, en
especial si se trata de lo que somos, pensamos y hacemos.
¿Somos una sociedad consecuente? ¿Somos individuos
(hombres – mujeres) coherentes? Grandes preguntas para el acontecer humano
actual...
En el contexto de lo periodístico (escenario que nos
convoca) ser consecuentes, es decir que su conducta guarde correspondencia
lógica con los principios que profesa, es y será el deber ser de nuestra
bella profesión y oficio.
¿Pero en la realidad, en medio de necesidades e intereses
individuales y colectivos, se puede sostener el deber ser del periodismo
y del periodista?
Sí, pero a costos muy altos que pocos estamos en
condiciones de asumir y vivir.
Ya son de manoseado conocimiento las precarias
condiciones sociales, económicas y, sobre todo, de pensamiento en las que
sobrevive la mayoría de los colegas, particularmente en las regiones, donde
tienen que lidiar con la falta de empresas que los contraten y les garanticen
esos mínimos para ejercer su profesión, razón por la cual deben salir al
mercado a someterse al vaivén de las escasas posibilidades que les brinda la
realidad y con las cuales deben sacar adelante sus proyectos de vida y
construir familias, si así lo desean.
A esta verdad de apuño se suma el interés que tienen los
humanos (no solo los periodistas) por vivir, en medio de comodidades que solo
se pueden sostener si entran en la peligrosa grieta que ofrece el poder
político que hoy rige nuestro país y en especial nuestra región.
¿Es ‘malo’ vivir con comodidades? No es malo.
¿No se puede aspirar como periodistas a tener una vida
cómoda o de niveles holgados? Sí se puede... Pero todo en este sistema tiene un
costo...
Si usted (periodista) viene de una familia humilde
(pobre) que con esfuerzo le dio su carrera, seguramente con deudas previas y
que aparte de eso sale al mercado donde no hay empresas que le ofrezcan reales
posibilidades, a usted le va tocar más temprano que tarde, empezar a revisar
cómo y hasta cuándo va a vivir en el deber ser de su oficio y de sus
principios.
Y es que sobrevivir con un poco más de un mínimo o con
los contratos publicitarios esporádicos que dan los municipios y los departamentos
no es tan fácil de soportar y menos si no tenemos un pensamiento fuerte en
principios éticos, no solo individuales sino colectivos. Esos mismos principios
que me dicen todo el tiempo, que no debo sacar provecho de ninguna
circunstancia, por más benéfica que sea para mi proyecto de vida cómoda y
holgada.
Ahí está el primer costo: si como periodista me tocó
heredar la pobreza familiar (como a la mayoría en Colombia) y si las
posibilidades en mi país no me garantizan, en ese primer intento, sacar
adelante mi proyecto: voy a aguantar hambre y pasar muchas necesidades y
frustraciones, si me mantengo en el deber ser de mi oficio. Es decir,
actuar bajo los principios éticos de no sacar beneficio de las puertas que me
abre mi ejercicio.
¿Cuántos aguantamos o resistimos a las necesidades y la
presión? Muchos, la mayoría...
Pero quienes no lo logran, sucumben en el segundo costo.
El más atractivo y benevolente con la idea de tener una vida cómoda y holgada.
Dejarse seducir por el poder político y corrupto que rige en nuestras ciudades,
entre ellas Villavicencio y demás municipios.
¿Cuáles políticos seducen a los periodistas? La
mayoría...
¿En cuáles administraciones? En la mayoría de los
gobiernos de turno.
Nos conocen y conocen nuestras debilidades y necesidades:
débiles de pensamiento y necesitados de tener vidas cómodas y holgadas.
Y ahí caen a sus pies. Empiezan a alabarlos, a
justificarlos y sobre todo a recibirles a cambio los ingresos con los que cree
algún día van a poder tener esa vida soñada y alejada de las necesidades.
Bajo este escenario son algunos periodistas caldo
perfecto para sostener este sistema que no solo les lava las culpas a unos
políticos, sino que le saca al escarnio público las penas a otros, según las
conveniencias.
¿A qué estamos obligados? A tener clara esta realidad antes
de salir a sacarnos los ojos unos a otros, sin comprender que estamos siendo
parte del juego macabro de la corrupción política que carcome a nuestra
sociedad.
Mi invitación humilde, con respeto y cariño para todos
los colegas, es para que nos obliguemos a ser fuertes de pensamientos, de
criterio y, sobre todo, de conciencia colectiva...
Actuar pensando en mis necesidades (que son muchas) y en
mis intereses (que son amplios) solo multiplica este sistema de políticos
corruptos, que nos utilizan y nos explotan sin que al final logremos tener
vidas cómodas y holgadas.
Bajo este sistema solo lograremos perder la dignidad y
nuestra valiosa credibilidad.
Consejo: No sean ni amigos ni enemigos de las fuentes:
solo sean periodistas.
Un abrazo…
Yolanda
Martínez
Periodista
Pd. ¿Por qué los funcionarios (municipio, departamento, nación)
se toman fotos entregando ayudas? ¿Luego el Estado, en estos sistemas, no está
para atender a los más vulnerables?
No es un favor ni un acto de filantropía. Es una
obligación y debiera hacerse sin publicidad y sin tanto show. Las ayudas son
con recursos públicos, que son para eso, para los habitantes de un país, de un
departamento o de un municipio...
0 Comments :
Publicar un comentario