El esfuerzo de un pueblo por convertirse en ciudad
Diciembre 3 de 2020
Con el eslogan ‘El esfuerzo de un pueblo por convertirse
en ciudad’, tres docentes de la Corporación Universitaria del Meta (Unimeta) adelantan
una investigación sobre la historia social y urbana de Villavicencio, desde
1960 hasta 2016.
Plazoleta del sector de Villa Julia en 1970, aproximadamente. Foto tomada de Comparte tu rollo, de la Biblioteca Nacional. |
La noticia se dio a conocer hoy durante uno de los foros
académicos de apertura del Festival Llanero de Villavicencio, organizado por
Corcumvi y la Unimeta, al que asistieron el arquitecto Ángel Núñez de Velasco y
los antropólogos Nancy Espinel y Jorge Sánchez, investigadores del proyecto.
Aunque existen investigaciones previas acerca del centro
histórico, no hay registros académicos que permitan reconstruir, a partir de la
década de los 60 y desde los aspectos social y urbanístico, la historia del
municipio. Esa fue una de las razones por las cuales se logró la articulación
entre los profesionales, la academia y un semillero de investigación de Unimeta
para iniciar el proyecto.
Según la antropóloga Nancy Espinel, la investigación
aborda cuatro o cinco momentos cruciales, que abarcan un proceso de violencia
que generó un éxodo de campesinos; la llegada de viviendistas o fundadores
barriales; el desarrollo de barrios como La Esperanza, El Retiro y San Fernando;
el impulso de invasiones y posteriores asesinatos de sus impulsores, integrantes
de la Unión Patriótica; el interés de la institucionalidad para tratar de solucionar
los problemas urbanísticos; así como el impacto generado por la construcción de
los anillos perimetrales, entre ellos las avenidas Alfonso López, Circunvalar, Del
Llano y Anillo Vial. También, se hace un acercamiento a la llegada del joropo a
la ciudad, a partir de los centros de prostitución establecidos en El pedregal,
la primera zona de tolerancia de Villavicencio.
“El objetivo es que nos apropiemos de esos temas, si no
conocemos nuestro territorio, esos procesos de colonización, de ciudad
frontera, no podremos generar espacios
de apropiación de cultura (…) creo que las universidades estamos en deuda con Villavicencio,
no podemos seguir de espalda, debemos ocupar los espacios de una ciudad que le
ha abierto las puertas a todo el mundo. En esta ciudad tenemos cerca de 30
universidades y debemos volcar la mirada a Villavicencio, al Meta y la región para
hacer apropiación social”, agregó.
El foro se transmitió de manera virtual y se originó desde la Unimeta. |
Otra de las razones que motivaron la investigación fue el interés por identificar cómo la ciudad se ha estratificado y generado una segregación social y cultural, así como la necesidad de identificar sus orígenes y los asentamientos subnormales, información de gran valor, según el arquitecto Ángel Núñez, para que las administraciones conozcan el contexto urbanístico, proyecten una ciudad más democrática, se generen propuestas de intervención y se reivindiquen lugares abandonados y olvidados.
“La investigación debe convertirse en un observatorio
donde se hagan propuestas. Si esa investigación no se traduce en un proyecto físico,
se pierde”, agregó Núñez, luego de reconocer la importancia, que además será incluida
en el trabajo, de varios bienes arquitectónicos, como el edificio Vargas Rubiano,
el edificio antiguo de la Beneficencia del Meta y la que han llamado ‘la
carrera de la modernidad’, donde confluyen, entre otros, el Banco de la República
y el Banco Popular.
La pertinencia del trabajo investigativo, según el antropólogo Jorge Sánchez, se desarrolla en tres frentes. El primero es socio-político, teniendo como base la información y los conocimientos nuevos que tendrán implicaciones en la toma de decisiones. Todo esto, asegura, transformará de alguna manera los modos de vida de los diferentes actores que forman parte de la ciudad. El segundo frente tiene relación con los procesos académicos que adelanta la Unimeta; esto implica formación investigativa a través de semilleros; y el último frente fue explicado en términos disciplinares, al considerar que los tres profesionales involucrados en la investigación construyen conocimiento desde diferentes posiciones. “Esto, concluyó Sánchez, no quiere decir que pensemos igual: Nancy Espinel desde la historiografía, Ángel Núñez desde los estudios críticos urbanísticos y yo desde un sistema-mundo”.
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