Guerrilleros, niños y campesinos metenses se unen en torno a una biblioteca
Marzo 30 de 2017
“Cuánta sangre, dolor y llanto nos hubiésemos ahorrado si
en lugar de haber invertido tantos millones en la guerra hubiésemos construido
bibliotecas”.
Con esas palabras, Anderson Vega, uno de los guerrilleros
concentrados en la vereda Buenavista, en el municipio de Mesetas, en el Meta,
inició un discurso en representación de la guerrilla de las Farc, para darle la
bienvenida a la primera biblioteca pública móvil que llega a esa zona del país
que, como muchas, estuvo abandonada por el estado y por la cual corrieron ríos
de sangre.
Guerrilleros de las Farc realizaron una presentación musical durante la inauguración de la biblioteca. Foto: Agenda Hoy. |
Para llegar allí es necesario recorrer 138 kilómetros
desde Villavicencio, y luego desplazarse durante dos horas por onduladas
trochas, muy cerca de la cordillera oriental.
Esa travesía ya empieza a ser narrada en tabloides y a
través de frecuencias radiales de todo el mundo. Algunos periodistas llegan con
cierta frecuencia para conocer de cerca las llamadas Zonas Veredales
Transitorias de Normalización, campamentos de la guerrilla en los cuales se
adelanta el proceso de desarme, como parte del acuerdo de paz entre el Gobierno
colombiano y las Farc, para acabar con más de 50 años de violencia.
Al lado del excombatiente, quien recita un emotivo acróstico con la palabra biblioteca, no solo están periodistas de Colombia, Suiza y Cuba, sino que lo escuchan campesinos, niños y funcionarios públicos. Por primera vez, la institucionalidad está presente. La Biblioteca Nacional de Colombia, en representación del Ministerio de Cultura, inaugura allí una de las 20 bibliotecas públicas móviles que llegarán a zonas rurales. La sede es el centro educativo Río Cafre, donde antes del 28 de marzo escaseaban los textos.
A la biblioteca la describen como un centro multimedia
con 380 libros físicos y más de 200 digitales, 17 tabletas, 15 lectores de
libros electrónicos, cinco computadores y tres cámaras de video. Además, cuenta
con un sistema de cine con sonido incorporado y más de 30 películas, un kit de
juegos de mesa y un sistema administrativo para el reporte de información y el
préstamo de materiales.
Biblioteca pública móvil de Buenavista, en Mesetas (Meta). |
Sin embargo, no hay conectividad, la señal de la
telefonía celular es casi nula. Pero a través de una red inalámbrica interna,
los dispositivos electrónicos se pueden conectar a una base de datos con
información académica y literaria, cargada previamente en un servidor interno
alimentado con una planta eléctrica.
El modelo, que llegará a 20 veredas del país y cuyo costo
asciende a seis mil millones de pesos, fue comprado con recursos de la
Fundación Bill & Melinda Gates a Bibliotecas sin Fronteras, una ONG
francesa que lo ha replicado en Grecia, Alemania, Francia, Marruecos, Etiopía y
Ghana.
Esta información es desconocida para Helena Trujillo, profesora de la escuela. La mujer, de unos 35 años, toma el micrófono, agradece la donación, pero, literalmente, está perdida. Tal vez, todo lo ve como un sueño. “No tengo claro por quién llegó esto, quiénes son las personas que están acá, pero venga de donde venga es muy satisfactorio para nosotros, como educadores, tener la oportunidad de una biblioteca como esta, cuando el estado tiene abandonadas las zonas rurales. Esta es la oportunidad para que mis niños y los niños de mis compañeros tengan una visión diferente a lo que son estas montañas y a lo que han vivido durante el conflicto armado”.
Los niños de la vereda Buenavista, en Mesetas, caminan o llegan en bicicleta a la escuela. Foto: Agenda Hoy. |
Para llegar a la escuela, algunos niños deben recorrer largas distancias, bajo la lluvia y el sol. El pequeño Alejandro, de 10 años, tarda una hora en bicicleta. No tiene papeles. Su madre, prácticamente, lo abandonó al cuidado de una desconocida. En la escuela más cercana a su rancho no lo reciben por ser indocumentado. Hoy está allí. Su profesor, el mismo que le dio la oportunidad de estudiar en otra sede, lo acercó en la moto para que conociera la biblioteca. ¿Sabes qué es una biblioteca? “Casi no sé, ¿hay libros?”, contesta. ¿Conoces a Gabriel García Márquez? “No sé quién es él. Pero cuando grande quiero ser ciclista, como Nairo, a él sí lo conozco, pero por televisor”, replica con inocencia. Luego habla acerca de su madre: “Mi mamá está lejos, yo estoy con una muchacha, mi mamá está en El Castillo (Meta), llegué porque me quedé con Lorena. Mi mamá me trajo, porque yo estaba enfermo y por allá donde vivimos es finca y toca montar mulas, me dijo que me quedara aquí porque de pronto me enfermaba”, responde de manera cortante y corre hacia un columpio que sobresale en el verde paisaje.
El guerrillero retoma la palabra, explica que sus
‘camaradas’ harán el esfuerzo de venir, de nutrirse del conocimiento. Y es que
el campamento zona veredal Mariana Páez está a unos 300 metros de la escuela y
de la biblioteca. Minutos antes, uno de sus compañeros de guerra explicaba que
hay procesos culturales dentro de las Farc, entre ellos la danza y la música.
Inclusive, los delegados de la guerrilla que están allí, en la inauguración, interpretan joropo y música tropical con mensajes de paz. Son integrantes de Rebeldía Oriental, el grupo musical que fundó alias ‘Mono
Jojoy’ o ‘Jorge Briceño’, a quien le rinden homenaje con las camisetas que visten.
Su rostro lo acompaña la frase ¡Queremos la paz!
“Cuando me dijeron que me correspondía transmitirles el
mensaje nuestro, quise hacerlo de una manera muy breve y vine directamente al
recinto (la biblioteca) y ahí, en sus instalaciones, escribí esta corta nota:
Buscamos un libro, tenemos sed de conocimientos
Iremos a aquella fuente, afluente de saberes, de páginas
y hojas maestras
Bogaremos sobre el cauce del saber, sobre los lomos que
pregonan tus nombres
Libre seremos, romperás nuestras cadenas, cada oración,
cada párrafo, cada texto, cada novela u obra literaria quitará un eslabón de
miseria
Idiotas útiles a la ignominia, opresión e ignorancia no
seremos jamás
Ondearemos en nuestros viajes la insigne bandera de la
paz, cada lectura una aventura, un planeta, un universo, una poesía, un ave
surcando el suelo
Tiempos mejores vendrán con tu llegada, contigo asoma la
verdad y la sabiduría.
Eres la pequeña Alejandría, sin 700 mil volúmenes, pero
con lo necesario para colmar nuestra ansiedad intelectual
Cual madre sabia, educas tus hijos, tus niños besan tus
pies y acarician tus páginas, cual pétalo bordado en oro puro de sapiencia
Ahora te tenemos, te miramos, te tocamos, te leemos, te
abrazamos, te inauguramos
Parece un libreto, pero los campesinos que rondan el
lugar le creen, se sienten en paz, en tranquilidad. Sin embargo, aún hay dudas,
minutos antes de que llegaran los periodistas, los campesinos y delegados del
gobierno hablaban sobre restitución de cultivos ilícitos. La población siente
que no hay claridad en ese punto del acuerdo. En la guerrilla las cosas tampoco
son las ideales, los mismos excombatientes dicen que es preferible vivir en la
selva, debajo de un árbol, que en las carpas que acondicionaron con plásticos
negros. El sol es insoportable. Los bebés van en aumento, las mujeres se
quieren realizar como madres y no son conscientes de las condiciones en las que
traen los pequeños al mundo. La biblioteca, entonces, se convierte en otro
refugio de esperanza para quitar ese eslabón de miseria, como lo recitó el
guerrillero.
“En la poesía que acaba de leer, replica Consuelo Gaitán,
directora de la Biblioteca Nacional, viendo a los ojos del guerrillero, decía
que vendrán tiempos mejores, tiempos de esperanza. Es eso lo que queremos que
sea la biblioteca, porque esa es la historia que han tenido los libros y
bibliotecas en las sociedades, estamos cerrando páginas manchadas de sangre, y
ahora vamos a abrir páginas llenas de naturaleza, de estas montañas
maravillosas, además de un proceso que vamos a llevar, de generación de
confianza. Usted nos dice que lastimosamente la biblioteca no está en el
campamento, y es que pronto no va a haber campamento y todos vamos a estar en
el mismo territorio”.
Funcionarios de la Biblioteca Nacional y Ferney Caicedo, alcalde de Mesetas, asistieron a la inauguración. |
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