A martillo, destruyen historia de la
casa Riveros
Abril 14 de 2018
La arquitectura histórica de la llamada casa Riveros,
ubicada en la carrera 32 con calle 41, en el parque infantil, está muy cerca de
desaparecer, luego de que sus nuevos propietarios ordenaran romper una de sus
puertas, así como la pared frontal, sin contar con los permisos de ley
requeridos.
Intervienen, de manera ilegal, esta casa patrimonial en el sector del parque infantil. |
Sin embargo, luego de una alerta enviada a Corcumvi, hicieron presencia en el lugar el arquitecto Ángel Núñez
y la antropóloga Nancy Espinel, asesores de patrimonio, quienes lograron la suspensión temporal de
dicha intervención.
Agenda Hoy conoció que el actual dueño, al parecer
Alejandro Ordúz, ya había sido
notificado acerca de la necesidad de contar con un concepto favorable de
Corcumvi, así como de una licencia de la Curaduría. Sin embargo hizo caso
omiso.
“El señor aceptó que era consciente de esa carta, pero
que no tenía tiempo, que venía de Bogotá, y necesitaba poner esa ventana hoy.
La obra quedó suspendida”, informó el arquitecto Ángel Núñez, representante de
Corcumvi.
Además, el compromiso del propietario es presentarse el
lunes, a primera hora, en las oficinas de Corcumvi, con una carta en la que se
compromete a restaurar la fachada. De lo contrario, le podría acarrear una
multa. “Al señor se le informó de todas esas contravenciones y esperamos que
eso se solucione de la mejor manera”, agregó Núñez.
Todos los inmuebles del centro histórico de
Villavicencio, entre los caños Parrado y Gramalote, y Cristo Rey y la Avenida
Alfonso López, que se calculan son unos 972, requieren un concepto favorable de
Corcumvi antes de cualquier intervención.
Luego de la oportuna visita de Corcumvi, el dueño del predio se vio obligado a suspender la intervención. |
Según el inventario de bienes culturales inmuebles de
Villavicencio, hecho por Corcumvi en
2005, “este predio hacía parte de un estrato socieconómico medio-bajo y
conservaba los elementos constructivos de la época de su edificación, con muros
de adobe, zócalo con acabado rústico, decorados romboides en la parte superior
de la facha y sobre las puertas, alero de cielo raso entablado linealmente a la
fachada sobre canes de madera ornamentados, cubierta de zinc con estructura de
madera, puertas de madera de doble hoja, con vano superior decorado con calado
tallado en madera, con figura de un águila y vegetación. Su planta es irregular
(en ele), con patio lateral, mantiene la escala de una sola planta que accede a
través de un corredor lineal, pasa por las dos habitaciones y llega al salón,
rematando en el patio trasero, lavadero y los baños. La casa estaba unida con
la de al lado (…) el interior de inmueble tiene un cielo falso de caña brava en
regular estado de conservación”.
Sin embargo, la
mayoría de los detalles y arquitectura mencionadas no se conservan, como se
aprecia en las fotos.
Breve
reseña de la casa
Eliseo Riveros compró la vivienda en 126 pesos. Luego,
esta fue heredada a sus hijos, uno de ellos Luis Riveros, oriundo de Gachetá
(Cundinamarca).
La casa, construida en bahareque y cubierta de madera,
estaba unida con la de al lado. Las calles eran en piedra. En la mitad recogía
las aguas, tenía árboles de naranjo, caimo, guama y mango.
Sus vecinos eran Rodolfo Esquivel y Juan Medina.
En 1945, su propietario hizo el cambio de puertas, que
son las que en la actualidad se aprecian (o se apreciaban). Las compró en 25
pesos, cada una. Eran las únicas de este estilo que había en la época junto con
las del Hotel Meta, que tenían la figura de un águila.
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