«Falta visión y compromiso en algunos agentes culturales de Villavicencio»: Mauricio R. Apolinar, periodista (#Opinión)

Por eso estamos como estamos

Noviembre 30 de 2020

Entiendo perfectamente que la situación por la que está pasando el sector cultural de Villavicencio es algo volátil. Algunas personas están en el ‘corre-corre’ de alguna convocatoria, otras formulando, pasando y ejecutando proyectos o están en sus quehaceres artístico y personal. Es bastante entendible que la noción del tiempo sea distinta y que cueste solucionar una que otra situación de improviso. Desde que Corcumvi hizo la invitación al sector cultural a participar en las próximas elecciones del #ConsejoCultural de Villavicencio, muchos (as) de los (as) artistas y gestores (as) que conozco están en la creación de su currículum y reuniendo los documentos pertinentes que certifiquen que son agentes y actores culturales, dependiendo de sus áreas (música, artes plásticas, literatura, periodismo cultural, cine, danzas, teatro, circo y entre otras) para ser votantes o candidatos.

Ahora bien, es tal vez la primera vez que Corcumvi, de manera pública hace esto. En el sector cultural llevo más siete años (como agente, gestor, actor y espectador) y me parece una novedad bien recibida, sin embargo, no estoy diciendo que las elecciones no se hacían antes, solo que, en administraciones pasadas, supongo yo, se realizaban a puertas cerradas sin que nadie se enterara. Caso contrario en las elecciones del #ConsejoCultural del Meta organizado por Instituto Departamental de Cultura con algunas falencias, pero bueno… eso da para otro post o publicación.

Para este capítulo de las elecciones del #ConsejoCultural2020 hay cientos o, con temor a equivocarme, miles de jóvenes artistas en querer participar, ya sea en calidad de votantes o candidatos. A pesar de ello, el entusiasmo democrático de los artistas alternativos y algunos bucólicos se ha entorpecido debido a la falta visión, de compromiso y de actuar profesional de algunas organizaciones, fundaciones, colectivos, asociaciones, corporaciones y promotores culturales.

Por ejemplo, la Asociación Literaria ‘Aguatinta’ tiene en la descripción de su fanpage lo siguiente: “tiene como propósito incentivar el amor a la escritura y a la lectura. Esta (sic) conformada por activistas de las letras que desde el Meta impulsan estas nobles disciplinas al resto del país y, por supuesto, al mundo...”

¡Qué ironía! El enunciado tiene dos errores; uno ortográfico (Está) y el otro tiene que ver con su propósito. Digo esto por la siguiente situación: llevo alrededor de una semana y media solicitándoles una constancia o una certificación de participación de la III Velada Poética (2019) que se realizó en la Casa de la Cultura Jorge Eliecer Gaitán y las respuestas con las que me he encontrado han sido las siguientes:

—Pregúntale a Pepita Pérez —me recomienda Doña X, miembro de la asociación.

— ¡Hummm! Eso es con Fulanita de Tal –dice Pepita Pérez.

—Es que no tenemos representante legal —argumenta Fulanita de Tal.

—Toca esperar a que nos reunamos y nos pongamos de acuerdo quién te hace eso —se lamenta Fulanita de Tal.

—Yo te voy a ser muy honesta… No creo que se pueda hacer mucho, porque eso es una decisión conjunta y es complejo ponernos de acuerdo. Además, muchos están de viaje —ultimátum ‘importaculista’ de Fulanita de Tal.

Esa última respuesta está como el chiste de: ¿Cuántas personas hacen falta para cambiar un bombillo?

Respuesta: Diez, uno para sostener el bombillo y nueve para darle vueltas a la escalera.

Situaciones como la anterior están sucediéndoles a muchos artistas jóvenes y mayores, alternativos o folcloristas, y por eso estamos como estamos… Un Consejo elegido por el amigo del amigo, un Consejo poco incluyente, y lo que es peor, un Consejo cultural cooptado por intereses individuales o grupales (rosca).

Finalmente, no todo es palo. Quiero agradecer enormemente a la Corporación Cultural Entreletras, al Grupo Editorial Hoy, al Magazín Goce, a la Corporación Arte en la Ciudad, a la Sociedad de Artistas del Meta (Sodearmeta), a la Feria de Arte Zocay y a la Asociación de periodistas y comunicadores sociales del Meta (Asopemet) que me brindaron oportuna y efectivamente los comprobantes para mi inscripción.