Pide más voluntariado
Febrero 24 del 2020
Jenny Andrea Capote Avendaño, directora del Instituto de Cultura
del Meta, compara la cultura con la religión e invita a trabajar de manera
voluntaria. Además, entrega un breve panorama del sector cultural y promete
difundir a cuánto asciende el presupuesto que manejará el ente cultural.
Jenny Andrea Capote Avendaño, directora del Instituto de Cultura del Meta. Foto: Óscar Bernal. |
La funcionaria sostuvo una reunión con diferentes artistas y gestores culturales, el 21 de febrero, en el teatro La Vorágine de Villavicencio. Allí dijo que está próxima a entregar un informe de sus primeros
30 días como directora del Instituto de Cultura del Meta, en los que asegura ha estado recorriendo los
municipios del departamento del Meta trabajando en la construcción del Plan de Desarrollo
y que a partir del 27 de febrero visitará las academias culturales, las galerías,
las escuelas de pintura, de música y de teatro para identificar en qué
condiciones trabaja el sector.
Durante la reunión, la directora habló un poco del panorama encontrado en algunos municipios del Meta, como en Puerto Lleras, un territorio con cerca de 13.000 habitantes
donde solo 600 personas son población lectora, y cuya biblioteca está en
pésimas condiciones. Allí, aseguró, lo primero que el alcalde le pidió fue la
vinculación de un cantante a un evento próximo que tendría el municipio, pero
su respuesta la dio con una serie de inquietudes: “¿Pero cuénteme, alcalde, cómo
está su biblioteca, cuál es el porcentaje de su población lectora, usted qué
infraestructura cultural tiene?”.
Una de las prioridades en esta administración, según la
funcionaria, será el mejoramiento del área de bibliotecas públicas. Incluso,
recordó la memoria de Antonio Lozano (q.e.p.d.), quien fue coordinador de la Red
de Bibliotecas Públicas del Meta. El trabajo que hizo, agregó, “debe ser
retribuido, que por lo menos la memoria de Antonio viva para decir que tenemos
que volver a poner el tema de bibliotecas públicas en el escenario, porque a
través de bibliotecas generamos un desarrollo enorme”.
También habló de un panorama entristecedor al ver el
estado del Museo Arqueológico Guayupe, en Puerto Santander (Fuentedoro), y de
otros sitios en los que las clases de danza son dictadas en casetas comunales,
o el desinterés de la población. Por ejemplo, en Puerto Concordia solo una persona
del sector cultural asistió a la jornada de formulación del Plan de Desarrollo.
“Y me voy para El Castillo y encuentro que a pesar de que
han sido bombardeados por la guerra, unas personas, con las uñas, decidieron
trabajar en un centro de memoria histórica y ahí lo están haciendo, y hacen
procesos de extensión bibliotecaria, hacen mayores cosas con pocos recursos y necesitan
mayor implementación”, dijo, antes de asegurar que en las mesas de trabajo en
los municipios les explicó a los alcaldes que la cultura estaba inmersa en
todas las áreas.
—Yo les preguntaba a los alcaldes, cómo funciona su
consejo.
—Muy bien —respondían— yo tengo la mayoría.
—No, me refiero al de cultura.
—Me parece que en la anterior administración como que los
convocaron.
— No es que nos parezca, es que nos toca —les recordaba.
La directora del Instituto de Cultura del Meta les hizo también
un llamado a los consejeros de cultura a ser más propositivos y a trabajar con
los consejos nacionales. Les pidió acompañamiento a la hora de sustentar el
presupuesto del Instituto ante la Asamblea del Meta, y les prometió entregarles
una copia de los recursos que manejará la entidad en cada área.
“La información
da poder (…) Ahorita me comprometo públicamente, no me da miedo, saco fotocopias
del presupuesto y lo entregamos a cada uno de ustedes”.
Dijo, además, que de las 32 funciones que tenía como directora
del Instituto de Cultura del Meta, solo una era contractual.
“Entonces, por eso,
hay que sacar tiempo para todo, no solo para la contratación”, y a reglón
seguido invitó al sector a trabajar de manera voluntaria sin esperar una
retribución monetaria.
“Es un llamado que les hago muy respetuoso, algunas
religiones en el mundo funcionan a través de voluntariados y tienen un enorme
impacto. Cuando considero que mi par es mi hermano, no importa la religión,
pues me interesa lo que le pasa a mi hermano (…) hago un llamado a la reflexión
desde el corazón, lo material se acaba, lo podemos destruir, pero las obras que
hagamos no pasan en vano, porque además las recogen nuestros hijos, nuestros
hermanos, el tema de la gratitud debería acompañarnos a lo largo de nuestra
vida”, puntualizó.
Además de hablar del Plan de Desarrollo, explicó que
tiene unas obligaciones desde lo funcional e institucional, y que ha recibido,
hasta la fecha, a 400 personas en su oficina.
“No sé si todos estemos enterados con qué personal
funciona el Instituto de Cultura. Este es un departamento con infinidad de
necesidades, de apuestas y tiene una planta de personal así de chiquitica, y eso
es porque no contamos con dolientes por área como debería ser, como un coordinador
de emprendimiento, de industrias culturales, no los hay, y como no los hay
debemos atender todos un poquito, y esa tarea se hace un poco difícil desde lo
institucional, y lo que hacemos es ayudarnos entre todos”, concluyó la funcionaria,
puntualizando una vez más en la importancia del voluntariado y el apoyo
desinteresado.
0 Comments :
Publicar un comentario