“Hemos sido pusilánimes y cobardes”
Octubre 30 de 2019
Para Juan García, filósofo y consultor político, hemos
sido pusilánimes y cobardes en la defensa del proceso de paz y del reconocimiento
para sus protagonistas. Su reflexión nace en medio del olvido frente a la tumba de Alexander Parra,
excombatiente de las Farc asesinado en el municipio de Mesetas (Meta) cuando
más comprometido estaba con la paz.
“Antier y ayer estuve en Mesetas, Meta, acompañando a los
familiares y amigos de Alexander Parra Uribe, quien fue conocido por años con
el seudónimo “Rodolfo Fierro”, excombatiente de las Farc, y uno de los más
comprometidos y dinámicos constructores de paz, a quien enterramos con mucho
dolor, incluso con rabia, pero igualmente con honor, amor y respeto.
“Podríamos decir que el entierro de Alexander fue un acto
íntimo y así quedar bien con las apariencias, pero lo que vi fue la profunda
soledad, casi el ostracismo al que la sociedad local, regional y nacional,
viene sometiendo a los excombatientes en proceso de reincorporación.
“El discurso del odio y del resentimiento, a veces una
avalancha, otras veces tenue y reptil, arrastrándose por los rincones de los medios
de comunicación y de las conversaciones cotidianas, nos tiene los ojos vendados
y está haciendo que los colombianos seamos distantes, apáticos con el proceso
social y político más importante que se ha dado en nuestro país en el último
siglo.
“Mientras familiares y compañeros de Alexander cargaban
su féretro por las calles de Mesetas, centenares de personas seguían tomando su
tinto o su cerveza en las mesas de los andenes de las calles comerciales, y
otros escasamente desviaban la mirada con curiosidad desde las salas de sus
casas o las pantallas de sus teléfonos, mientras yo me preguntaba: ¿Qué les
pasa? ¿Por qué no están marchando en el cortejo? Y la respuesta parece casi
obvia... pero no lo es.
“Muchos de estos habitantes de la zona, recordarán a Rodolfo
Fierro, el guerrillero, el comandante, y depositarán en su recuerdo las culpas
y los dolores del conflicto. Otros, pensarán en él como el jefe del “espacio
que el gobierno Santos le dio a los guerrilleros en una de las veredas de
nuestro municipio”, y los que no sabían quién era el difunto, al ver pasar el
cortejo con la bandera de la Farc al frente, se dirían que “ahí va muerto uno
de los nuevos dueños del país que Santos les entregó”.
“El país que Santos le entregó a las Farc... que perversa
y efectiva mentira que media Colombia se ha tragado como un anzuelo que llega
hasta las tripas, cuando la verdad, entre el gobierno de Juan Manuel Santos y
las Farc pactaron el fin de un conflicto de más de 60 años y centenares de
miles de muertos, y NOS DEVOLVIERON EL PAÍS A LOS COLOMBIANOS, quienes lo hemos
recibido con beneficio de inventario (como dicen los abogados) para lo que nos
conviene, pero sin comprometernos verdaderamente con el destino de los
territorios como Mesetas, por tantos años dominados por esa guerrilla.
“Lo que en mi caso era impensable, fue posible gracias al
proceso de paz: ir a La Julia, Al Diviso, a Muribá, pasar de Jardín de Peñas e
ir a estas comunidades a promover la defensa del territorio y del medio
ambiente, y poder regresar a las 8 de la noche hacia Mesetas sin más
preocupación que las contingencias normales de las trochas capaces de averiar
cualquier vehículo. Y para la gran mayoría de los habitantes de la región,
aunque aún no se han materializado en absoluto puntos tan importantes de los
Acuerdos como el de tierras, la tranquilidad recuperada ha permitido que
florezcan iniciativas privadas y comunitarias que hoy se desarrollan en Mesetas
y que vemos en ferias de paz y mercados campesinos. Muestras son el auge de la
producción y procesamiento de lácteos, cafés especiales, cacao de exportación,
miel de abejas, panela, caucho, plátano, yuca, frutas tropicales para mercados
nacionales y extranjeros, piscicultura, especies menores y un sin fin de
productos agropecuarios, y el notable desarrollo de una industria turística que
hace que La Ruta de la Macarena, que antes era de uso y goce exclusivo de los
guerrilleros, se inserte hoy en la agenda turística global gracias al esfuerzo
y compromiso de muchas personas, pero especialmente de líderes como Alexander
Parra, comprometidos con la paz y con el territorio; por eso, ayer tendrían que
haber estado al frente del sepelio de Alexander Parra Uribe las banderas y las
delegaciones de los cientos de iniciativas privadas, públicas o comunitarias que
crecen y florecen hoy en nuestra región gracias a ese proceso de paz que él
firmó y ratificó con el trabajo de cada día después de la desmovilización.
“Pero no podemos sentarnos a llorar sobre los muertos. En
mi opinión, los responsables de la soledad que han vivido y siguen sufriendo
los excombatientes en sus espacios, somos nosotros, quienes de alguna manera
nos decimos líderes en las regiones, pero que no hemos hecho la tarea y que en
muchos casos hemos sido débiles, incluso diría pusilánimes y cobardes en la
defensa de este proceso y en el reconocimiento para sus protagonistas. Ayer
tendríamos que haber estado allí todos unidos, arropando a la familia y a los
compañeros de un hombre de honor que renunció a la guerra sin reservas ni
nostalgias para dedicarse con alma vida y sombrero a la construcción de una paz
con justicia social, no tanto para él, sino para el pueblo colombiano.
“No podemos seguir callados. Nuestro silencio legitima la
acción de los enemigos de la paz, que, sean pocos o muchos, son maliciosamente
activos y dañinos. Las palabras de nuestra querida amiga Luz Marina, frente al
cadáver de su amado esposo y compañero en la vida y en la paz, nos convocan a
decir no más al discurso del odio y del rencor, y a ofrecerle a Colombia la
esperanza de un hoy y un mañana en mejores circunstancias. Y que las
generaciones futuras sepan quién era Alexander Parra Uribe o Rodolfo Fierro, el
hombre cuyas circunstancias determinaron la senda de la guerra durante muchos
años, pero que supo, ante las nuevas circunstancias que posibilitaron los
acuerdos, estar a la altura de su condición de líder para decirnos que “La Paz
Nace del Alma” y demostrarlo con trabajo y con hechos. ¡Gracias Alexander!,
¡Gracias Luz Marina!, ¡Gracias hombres y mujeres de la Fuerza Alternativa
Revolucionaria del Común!, y que LA PAZ, NO LES SIGA COSTANDO LA VIDA”.
Juan R. García F. (Filósofo y consultor político)
Lea también (clic) : "Idilio de guerra y paz: amor entre dos exguerrilleros"
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